El absurdo de repetir elecciones
Los ciudadanos ya hemos hecho un encargo y si los políticos no son capaces de atenderlo, tendrían que ser ellos quienes cambiaran
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Madrid
Hoy para aligerar el lunes, les propongo un pequeño juego de las paradojas. Si no se alcanza un acuerdo de investidura, habrá nuevas elecciones, así tiene que ser. Pero, ¿hemos reparado en la insensatez del asunto? Los ciudadanos votamos y los políticos, con los datos que les damos, han de resolver el problema y constituir un Gobierno. Pero resulta que si no son capaces de resolver este problema, tenemos que cambiar nosotros.
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Los políticos nos vienen a decir: "Lo que ustedes quieren no nos vale, así que quieran otra cosa. Con el problema que nos remiten no podemos, así que mándenos otro más facilito". La lógica diría algo muy distinto. Los ciudadanos ya hemos hecho el encargo —que por cierto no es una sugerencia, sino un mandato— y si los políticos no son capaces de atenderlo, tendrían que ser ellos quienes cambiaran.
Pero no, hienos aquí obligados a ingeniar algo diferente. Y otra cosa igualmente absurda. Si resulta que en cuatro meses podemos cambiar de opinión, ¿qué sentido tiene que las legislaturas duren cuatro años? Por favor, señores, hagan su trabajo.