¿Se puede? | 16-02-2016

Madrid

Ya tenemos calendario. O hay presidente y gobierno antes del tres de mayo o volvemos a votar el 26 de junio. Para que sea posible el primer escenario, que haya gobierno y presidente, alguien tiene que superar la investidura.

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De momento, el encargo del jefe del Estado lo tiene Pedro Sánchez, y necesita mucho apoyo o abstención. Y la oferta por escrito que ayer presentó Pablo Iglesias es un programa para que Podemos gobierne en solitario. Si pretenden de verdad pactar saben que tendrán que renunciar, como todos los demás, a mucho de su contenido. De lo contrario habrá que interpretar que lo que presentaron ayer es el nuevo programa electoral para junio.

Se acabó el tiempo del postureo. Iglesias puede ahora recibir –el verbo es suyo- a todos los demás líderes políticos, incluido Albert Rivera con el que hace una semana exigió al PSOE romper negociaciones si quería hablar con él. Sánchez e Iglesias pueden verse una, dos o quince veces más. Pero con el resultado del 20 de diciembre, o se sientan sus comisiones negociadoras -Podemos que sepamos no ha nombrado todavía a la suya- con papeles y sudan la gota gorda para llegar a un acuerdo, o los que llevan meses esperando soluciones a sus problemas, de salario, de vivienda, de educación o sanidad, o los catalanes que esperan una salida negociada del laberinto, tienen que saber que al menos hasta agosto o septiembre no empezarán a obtener respuestas.

O el PP consigue el milagro, se refunda en dos meses y logra investir a un candidato de consenso. Y cada palo que aguante su vela de dar explicaciones a los españoles.