Con el freno de mano echado
Estamos encerrados en un círculo vicioso. Solo podemos pactar si pactamos dejar fuera del pacto lo que más necesitamos pactar
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Madrid
La próxima etapa política será provisional si se alcanza ahora algún tipo de acuerdo, pero también será provisional si se repiten las elecciones. El plan que ayer ofreció Pedro Sánchez, como punto de encuentro para avanzar, reconoce de forma paladina que, incluso si avanzamos, lo haremos con el freno de mano echado porque su propuesta relega el problema territorial. Se ve obligado a apartarlo hasta el año 2017 para que quepa alguna esperanza de salir de la parálisis y trabajar en otros capítulos.
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Henos, pues, encerrados en un círculo vicioso. Solo podemos pactar si pactamos dejar fuera del pacto lo que más necesitamos pactar. ¿Le vendría bien a España alcanzar acuerdos en los campos que Sánchez propone? Sin duda, pero es ingenuo creer que el problema de Cataluña nos va a estar esperando sentado hasta el año 2017. De este modo, a lo más que podemos aspirar es a sujetar el tenderete hasta que la evidencia nos enfrente con nuestras mayúsculas pendientes, que se habrán agravado. Necesitamos galopar hacia el futuro, pero ni siquiera trotaremos. En el mejor de los casos iremos al paso, a lomos de un burro cojitranco.