Transparencia

Madrid

Una de las cosas que más me llamó la atención del anuncio de las negociaciones fue la transparencia que prometieron todos los grupos. La transparencia en España es el imperativo categórico de Kant, eso que recuerda Allen en su última película: el Estado moral perfecto. Si entran los nazis en la casa en la que se esconde Anna Frank, les diríamos: "Se esconde arriba". Por la transparencia, la verdad y la pureza de espíritu. Este es el famoso streaming español: somos más peligrosos cuando decimos la verdad que cuando mentimos.

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Estoy siguiendo la liturgia de esas reuniones que está celebrando Pedro Sánchez porque tengo interés por saber a quién va a encomendar el vicegobierno. Espero que hoy Pablo Iglesias, del mismo modo que alabó los ciervos de La Zarzuela, alabe los ciervos de la carrera de San Jerónimo antes de que los devoren los leones. Y confío, como te decía antes, en que si quieren llegar a un acuerdo, sean quienes sean, se base en pequeñas mentiras, en pequeñas traiciones y acuerdos débiles basados en la desconfianza, porque es la única manera de que se pueda llegar a un pacto de gobierno.

No se llega a acuerdos con el adversario poniendo todas las cartas sobre la mesa. Lo que hace funcionar la amistad política es la desconfianza, la sospecha y la hipocresía. Cuando el bipartito gallego empezó a funcionar se acusaron de espiarse, se puso bajo lupa una relación entre conselleiros de partidos diferentes, como una especie de Romeo y Julieta de ‘furancho’, y finalmente el bipartito se derrumbó, pero que le quiten lo bailao. Aquello fue una experiencia casi teatral, y si llegaron a un acuerdo para gobernar fue porque se odiaban y se peleaban por la hegemonía de la izquierda. Si lo hubieran hecho con amor, no digo ya con transparencia, hubieran muerto antes de la investidura.