La fórmula de la calma

Madrid

Hoy, por fin, han empezado las negociaciones. Primeras reuniones del encargado, desde ayer, de formar gobierno, Pedro Sánchez, que tiene un mes para conseguir su objetivo. Entre tres semanas y un mes, dijo ayer el presidente del Congreso, Patxi López. Pero al PP y a Podemos no les parece bien, dicen que es un exceso, que con quince días ya es suficiente.

Y es curioso que quien diga esto sean el PP, el partido del presidente del gobierno que por dos veces ha esquivado la investidura retrasando todo el proceso, y Podemos, que ha puesto unas condiciones para la negociación tan complicadas que el acuerdo requiere cocción a fuego lento. Una fórmula, la de la calma, que debería servir para todos. Si todos reconocen que estamos ante un momento excepcional, que requiere altura de miras, y que es prácticamente una segunda transición, lo dicen algunos de ellos, los pactos deben y las negociaciones deben llevarse con tranquilidad.

Las prisas del PP y de Podemos solo se pueden interpretar como las prisas de Rajoy para que el fracaso de Sánchez sea rápido; y las prisas de Podemos para que se convoquen otra vez elecciones, cuya campaña ellos han empezado ya hace algunos días. En ningún sitio está escrito el tiempo que se tiene que dar a un candidato para intentar encontrar los apoyos.

Claro que el peligro de que se tarde mucho es que los nervios provocarán declaraciones como la de hoy del ministro Margallo, avisando a Europa de los peligros de una alianza entre PSOE y Podemos, de una lealtad con el país encomiable, y entiendan la ironía.