A veces resistir es marcharse

Madrid

Si algo de positivo tiene el actual galimatías es que permitirá definir con bastante precisión cuál es el nivel de coherencia y dignidad de nuestros políticos. Y como a veces las referencias externas son de gran utilidad, creo que merece un punto y aparte la dimisión de la ministra francesa de Justicia. Christiane Tubira, convertida en diana de todo el racismo que destila la derecha más rancia; esa mujer negra a la que han llamado simio, chimpancé, a la que han enviado a comer bananas para que dejara de molestar, la gran artífice del matrimonio homosexual en Francia, fichaje estrella de Hollande para reforzar su flanco izquierdo....pues ha dimitido. Y lo ha hecho porque no comulga con la escalada de medidas antiterroristas aplicadas por el gobierno francés, que tras los atentados de noviembre decretó el estado de excepción.

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Taubira ha dicho hoy en su cuenta de Twitter que "a veces resistir es marcharse". Y creo que el suyo es un buen ejemplo de lo que mencionaba al comienzo: de dignidad y de coherencia. Pero claro, llegados a este punto la comparación resulta inevitable: ¿qué tal vamos aquí de estas cosas? Porque ahora mismo...en fin, ¡qué vamos a contarles! El escarnio a Podemos con los sillones del Congreso, la corrupción contaminándolo todo, el Rey de nuevo en conversaciones sin un horizonte claro, Pedro Sánchez cercado por tierra, mar y aire para que no se atreva a intentar nada, como si fuera menor de edad....Y luego tenemos el último movimiento de Rajoy.....¡¡¡oferta le llaman, como si estuviéramos en el súper!!! Eso de decirle al PSOE: "dejadme gobernar y yo os ayudo en las comunidades y ayuntamientos donde dependéis de los votos de Podemos".... ¡Ostras!....eso suena un poco a chantaje, ¿verdad? O a mercadeo puro y duro. Pero además planteado a plena luz del día, sin complejos. No sé, me da la impresión de que estamos superando ya todos los límites y que algunos deberían meditar sobre ese tuit de la ya exministra francesa. No sé si es resistir o no resistir, pero....sinceramente: ¿por qué no se marchan?