Los pelos de punta

Madrid

La entrevista que van a mantener dentro de una hora el rey y el presidente del Congreso –previa a la nueva ronda de consultas- obliga a preguntarse cuánto tiempo más va a durar la incertidumbre postelectoral, pero sobre todo si podemos soportarla como país. Lo excepcional de la situación abre todo tipo de hipótesis, incluso que al final quedara desierto el puesto de aspirante a formar gobierno; pero más que hacer cábalas y recrear escenarios hasta ahora desconocidos lo que toca es plantearse si realmente nos podemos permitir ese lujo.

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Hoy el presidente del BBVA, el todopoderoso Francisco González, clama desde las páginas de 'El Mundo' diciendo que se empieza a paralizar la inversión económica por culpa de esa incertidumbre política. Y hombre, resulta obvio que su análisis no es neutral porque a renglón seguido habla de los tres partidos que defienden la economía de mercado como gran solución, o sea que plantea un “vade retro” a Podemos en toda regla; pero sus palabras –aunque no sorprendan a nadie-tampoco pueden caer en saco roto porque es verdad que al dinero le atrae la estabilidad y le espanta el riesgo. Y no somos tan ricos como para ignorarlo. Dicho lo cual, ¿significa eso que los grandes bancos, las grandes empresas, las corporaciones, el IBEX o quien sea….tiene que dictar el futuro político….desde la economía? Pues no, hasta ahora sólo presionan, que no es poco y ya consiguen lo suyo; pero si además los políticos abdican -o declinan- en mayor grado de sus responsabilidades, ¿quién creen que va a ocupar ese espacio, quién va a mandar realmente? Pues ya se lo pueden imaginar: nadie elegido por los ciudadanos. Y a mí ese escenario –sinceramente- me pone los pelos de punta.