Todos dicen pero ninguno plantea nada

Madrid

Hoy, gracias a una broma radiofónica, sabemos que Mariano Rajoy no tiene mucho trabajo, que tiene la agenda muy libre, que está esperando a ver qué pasa con la investidura, con este asunto como él le llama. Vaya, que hemos escuchado a Mariano Rajoy en estado puro, dispuesto también a mantener un encuentro con el nuevo president de la Generalitat.

A mí, personalmente, no me hacen gracia ni me gustan este tipo de bromas, pero a la de hoy hay que reconocerle su utilidad. Ha servido para informar sobre lo que piensa Rajoy, mucho más de lo que hemos conseguido centenares de periodistas durante estos días, de las muchas crónicas que se han escrito. Sabemos que Mariano Rajoy está quieto, que no tiene mucho que hacer, o sea, que no está teniendo muchos contactos y que está a la espera de que el Rey le diga lo que hay que hacer con "este asunto", o sea, con la investidura, muy probablemente con su investidura. Aunque a última hora de la tarde y a pocas horas de ese encuentro con el Rey, ha confirmado que presentará su candidatura para ser investido.

Y así estamos un mes y un día después de las elecciones, mareados con las estrategias parlamentarias y mareados con la investidura. Todos hablan, pero ninguno se llama, todos dicen pero ninguno plantea nada. No sabemos sobre qué tienen que negociar apoyos, en qué van a basar las negociaciones... No sabemos, ni siquiera, si lo que van a plantear en estas negociaciones -si es que alguna vez se producen-, nos afecta a nosotros o solo les afecta a ellos como hasta ahora.

Desde el 20 de diciembre parece que los líderes políticos se han olvidado de los ciudadanos y de sus problemas. Desde el 20 de diciembre escuchamos a esos políticos hablar de cómo deben interpretarse los votos de los ciudadanos, pero solo les interesa esta interpretación si se trata de hablar de gobiernos, investiduras y coaliciones. Del resto nada de nada, y en esto coinciden los nuevos y los viejos.