Industrialización 4.0
No sé si en España, preocupados más por la cáscara de las cosas, y atascados en el barrizal postelectoral, somos conscientes de las aceleraciones que se están produciendo en el mundo
Madrid
La Cumbre de Davos que hoy comienza dedica atención preferente a la industrialización 4.0, la digital, que ya está aquí y que nos está introduciendo en un mundo industrial radicalmente nuevo. Con ventajas claras - racionalización, ahorro energético - y riesgos tremendos - pérdidas de millones de los actuales empleos atenuados por los que se creen en los nuevos yacimientos, como la robótica, inteligencia artificial etc., pero que serán menos - . Y con transformaciones profundas en nuestra manera de vivir, desde el uso del tiempo hasta lo que no sabemos que pasará pero que también pasará.
Los desafíos son enormes, y van a obligarnos a todos, a los políticos, a los sindicalistas, a los medios de comunicación, a todos los ciudadanos, a recolocar nuestras ideas y nuestros valores ante lo que se avecina.
Yo no sé si en España, preocupados siempre más por la cáscara de las cosas, y en la actualidad atascados en el barrizal postelectoral, somos conscientes de las aceleraciones que se están produciendo en el mundo, y de que llevamos años dormidos, sin proyectos serios de país ni de futuro, que sólo tenemos excusas y una gigantesca pereza intelectual, y que los trenes de la innovación o se nos escapan o nos atropellan. ¿Conseguiremos poner en hora nuestro reloj histórico?