¿Integración o expulsión en diferido?
"Nos queda la duda sobre si lo que se pretende de verdad es integrar a estas mujeres o diferir su deportación, lo que sería tremenda paradoja"
Madrid
El primer ministro británico, David Cameron, ha presentado un plan que pretende enseñar inglés a unas 190.000 mujeres inmigrantes musulmanas con el objetivo de darles armas frente al fanatismo y facilitar su independencia y su integración. Hasta ahí todo bien, son fines nobles. Pero el plan tiene una apostilla: quienes no consigan aprender el idioma en dos años y medio serán deportadas.
La polémica del día | ¿Integración o expulsión en diferido?
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Así que nos queda la duda sobre si lo que se pretende de verdad es integrar a estas mujeres o diferir su deportación, lo que sería tremenda paradoja. Porque la expulsión con la que se les amenaza sería una eficaz manera de devolverlas a las garras de las que en apariencia se pretende liberarlas. Y nos preguntamos por qué la obligación afecta sólo a mujeres musulmanas y no, en general, a cualquiera que desee permanecer en el país, sea hombre religioso, mujer atea o esposa de una estrella de la Premier, que también, suponemos, necesitarán integrase.