Un espectáculo desolador
El juicio a la hermana y al cuñado del Rey, las estafas de la Fórmula 1 en Valencia, un Gobierno sin estrenar pero dispuesto a saltarse la ley en Cataluña... El espectáculo que ofrece este país a cualquier observador extranjero es desolador por esperpéntico
Madrid
El espectáculo que seguramente ofrece este país a cualquier observador extranjero es, en verdad, desolador por esperpéntico. Lo primero, ese banquillo de Palma de Mallorca, a donde han llegado acusados de haber cometido variadas tropelías económicas. Allí, ni más ni menos, la hermana y el cuñado del Rey Felipe VI, junto a un expresidente autonómico del PP, Jaume Matas y otros cargos del mismo partido. Sin comentarios.
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Cerca, en Valencia, un expresidente de una gran Caja de Ahorros, Bancaja, y de la Generalitat valenciana en nombre del PP, José Luis Olivas, acusa a otro expresidente de la Generalitat, Francisco Camps, también del PP, de ser el promotor de la estafa de la Fórmula 1, con varios millones en el limbo de los dineros perdidos.
Si nos llegamos a Barcelona, en este entretenido viaje turístico, nos encontramos con un Gobierno sin estrenar pero dispuesto a saltarse, porque sí, porque ellos se lo merecen, la legalidad constitucional que en su día se dieron millones de españoles, incluidos, estaría bueno, los catalanes. ¿Falta alguna atracción más que ofrecer al encandilado público? Pues sí, porque al decir del extesorero del PP, hay un vídeo donde se ve al presidente en funciones del Gobierno, Mariano Rajoy, recogiendo de su propia mano un sobre con casi 5.000 euros, más una lista muy comprometedora.
Fiesta, fiesta, ¡qué fantástica esta fiesta!
