Catalanes estupefactos
¿Y ahora pretende lograr esa presidencia por la que no pudo ni tan siquiera debatir en público incitando a dos parlamentarios ajenos a entrar por la puerta de atrás en su círculo?
La mirada de Soledad: Catalanes estupefactos
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Madrid
Resulta francamente extraño leer que Artur Mas y Convergencia intentan convencer, por cualquier medio, a dos parlamentarios de la CUP para que abandonen su grupo y voten a favor de su investidura, es decir para que se conviertan en tránsfugas, con el argumento de que Mas es la figura salvadora de los independentistas catalanes a la que no se puede renunciar bajo ningún concepto. Pero a lo que parece que se ha renunciado es a un mínimo pudor político, de manera que se proponen abiertamente ante los ciudadanos cuestiones que deberían dejar a esos ciudadanos estupefactos pero que se presentan sin pestañear como si fueran normales y razonables. Como si no hubiera el menor motivo para quedarse atónito.
Artur Mas es irrenunciable, asegura Junts pel Si. Pero Artur Mas ni tan siquiera encabezó la lista de Junts pel Si, sino que ocupó la cuarta plaza. No se trata de un asunto baladi, por mucho que se haya pretendido dejarlo siempre en segundo plano. ¿Cómo es posible olvidar ese detalle? Mas aseguraba que podía ir el primero o el último, que daba igual, pero solo existía una explicación para esa extraña posición: Artur Mas no podía acudir a ningún debate en el que los otros cabezas de lista le preguntaran por la corrupción instalada en su partido y por sus relaciones con la familia Pujol. Fue tan evidente y tan triste como todo eso. ¿Y ahora pretende lograr esa presidencia por la que no pudo ni tan siquiera debatir en público incitando a dos parlamentarios ajenos a entrar por la puerta de atrás en su círculo?
Soledad Gallego-Díaz
Es periodista, exdirectora del periódico 'EL PAÍS'. Actualmente firma columnas en este diario y publica...