Beatriz Carvajal: “Con el humor se le da la vuelta a lo que duele para soportarlo”

Madrid

Después de 50 años sobre las tablas sigue disfrutando como cuando tenía 15 y se subía por primera vez a un escenario. Y es que cuando Beatriz Carvajal habla de su profesión un brillo especial aparece en sus ojos y la sonrisa es permanente. Tras estrenar con éxito en Segovia y otras ciudades como Zamora, Zaragoza o San Sebastián, a partir del 13 de enero se instala en el teatro Amaya de Madrid con ‘Los diabillos rojos’, donde interpreta a una mujer que ingresa en un psiquiátrico por ver a estos personajes que le hacen gozar en cualquier momento o lugar. Enfrentarse a un personaje con un trastorno mental no es fácil, pero para la actriz no hay nada difícil. “Normalmente las cosas que cuentan los humoristas son terribles, porque con el humor se le da la vuelta a eso que te duele para soportarlo”, asegura esta mañana en Hoy por Hoy con Macarena Berlín.

Esta comedia dirigida por Francisco Vidal está inspirada en dos casos clínicos reales: el de Toñi, una mujer con varios traumas y que debido a la soledad que siente su mente le hace distraerse con unos diablillos que le hacen gozar; y el de Andrés, que interpreta el actor Juanjo Cucalón, que sufre el síndrome de Cotard, lo que le lleva a pensar que tiene que estar siempre agarrado a su máquina de escribir para no echar a volar.

El reparto lo completan Sergio Pazos y Montse Plá, hija adoptiva de Beatriz Carvajal, quien se sube a un escenario teatral por primera vez junto a su madre, aunque ya coincidieron durante la serie de Compañeros. “En el momento en que sales al escenario no somos madre e hija, somos dos actrices que estamos haciendo nuestro trabajo”, dice Carvajal que está muy orgullosa de su hija, a la que considera una buena actriz, con mucha vocación y una gran afición.

Carvajal, que muchos recordarán como Loli en el programa 1, 2, 3…Responda otra vez, y a la que hemos rescatado durante unos minutos en esta mañana de Reyes, explica que con esta obra te ríes mucho pero también se te escapan algunas lágrimas de emoción, porque el amor es clave en la representación. “Esta profesión está para arriesgar y hacer locuras”, asegura la actriz que considera que todos tenemos un puntito de locos dentro de una cordura. “Yo he cantado en el festival de Benidorm, ¿no es eso una locura? Ahí demostré que muy cuerda no estoy”, bromea.