A Sánchez le van a freír. Desde fuera… y desde dentro

Madrid

A algunos les va a matar la ansiedad. A Pablo Iglesias, por ejemplo, que sin que nadie le haya dado vela en ningún entierro de los que pululan por la funeraria, ya ha dejado escritas en piedra unas cuantas líneas rojas. O sea, que los nuevos pimpollos, tan amantes de los pactos y del entendimiento fraternal entre los seres humanos, arrancan la partida fijando condiciones innegociables. Qué tíos.

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Casi tan sorprendentes como Aznar, que ha vuelto pero poco, no teman, o los barones del PSOE, que como es consustancial con su propia existencia, ya han salido a presionar a Pedro Sánchez para que no pacte con Podemos. Quienes no consiguen los apoyos necesarios para liderar al PSOE, nunca dejan que lo ejerza con tranquilidad quien les ha ganado en las urnas internas. Hay que ver cómo son. Tienen, además, un desparpajo notable, habida cuenta de que García-Page, que ha vuelto a ser superado por el PP en Castilla-La Mancha, gobierna gracias a los votos de Podemos, al igual que Fernández-Vara en Extremadura, mientras Susana Díaz, ya ven qué cosa, encontró ese hombro amable en la derecha de Ciudadanos. Así que no deberían extrañarse unos y otra si alguien les dice, muy educadamente, que menos lecciones de cosas que no les tocan, y más dedicarse a lo suyo.

La que le espera a Sánchez. Desde fuera, y desde dentro.