Interrogantes
El director de la Cadena Ser analiza las preguntas abiertas que nos deja el resultado del 20D
Madrid
¿Con quién y hasta dónde? Con quién porque el aislamiento del PP es total, fruto de su proceder político. De hecho lo va pagar más caro en el Parlamento intentando la investidura que en las urnas, donde al fin ha sido el vencedor. Y otra pregunta ¿Hasta dónde cede si llega el caso? Aunque la aritmética da un panorama endiablado, deberá ir pensando hasta donde cede cuando empiece el baile: dejar caer a Rajoy, reforma del sistema electoral, reforma constitucional…
¿Cómo y para qué? ¿Cómo piensa intentar el gobierno Pedro Sánchez si Rajoy no lo consigue? ¿Gobernar a cualquier precio? Ciertamente es la única alternativa al PP, pero tendría que ser en una coalición alambicada, heterogénea, incontrolable y posiblemente inviable. Una suma de Podemos y los nacionalismos de la izquierda social que habitarían en su grupo de diputados que habrá que ver primero si ligan bien entre ellos mismos. Un quintupartito. Y una cuestión importante: ¿para qué? ¿Cuáles serían los objetivos claros y realizables de un gobierno de esas características? Como presentaría el PSOE un gobierno así. Legítimo pero alambicado. Un dolor de cabeza diario.
Foto de archivo de Antonio Hernández-Rodicio / CADENA SER
Foto de archivo de Antonio Hernández-Rodicio / CADENA SER
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Podemos, y su líder Pablo Iglesias, vencedores del 20D, empezaron su discurso de anoche metiéndole el dedo en el ojo a Pedro Sánchez. O sea, lo contrario a un guiño. La pregunta es ¿por qué? ¿Qué motivos tendría Podemos para facilitar un gobierno del PSOE, traicionando a sus electores, que han votado por el cambio y que no son desde luego de filiación socialista. No se olvide que Iglesias tiene que consolidar la marca y su liderazgo. Parece difícil creer que sacrifique su notable resultado a primeras de cambio en un pacto que sería muy cuestionado por sus círculos y bases. Pero en ese lance tendría que asumir el desgaste de permitir un gobierno del PP. 69 diputados significan sobre todo tener mucha responsabilidad.
A Albert Rivera, que obtuvo un resultado muy meritorio solo opacado por las sobreexpectativas, y sujeto también a la necesidad de consolidar su partido y su liderazgo, solo cabe preguntarle ¿cómo? O sea, cómo va a gestionar esos 40 escaños, que si bien no son determinantes para conformar mayoría ni izquierda ni a derecha suponen un gran depósito de confianza política. Y cuya abstención puede ser determinante en el tablero de juego de la investidura.
Esto es lo que hay….o la gran coalición PP-PSOE con la que sueñan muchos, pero que sería de pronóstico reservado especialmente para el PSOE. O, como se sabe, abrir de nuevo las urnas.
