La barrera generacional

Madrid

Del debate organizado por ‘El País’ se pueden extraer conclusiones importantes de forma y de fondo. Para comenzar, internet ha saltado ya a la división de honor como soporte para debates políticos y ahí permanecerá. Y, por otra parte, despídanse los formatos clásicos, de esquematismo almidonado y los monólogos sucesivos.

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Van a salir ganando los políticos, a los que se liberará de la camisa de fuerza de las intervenciones pautadas al milímetro. Saldrá ganando también la dignidad profesional del moderador, que dejará de ser un cronómetro con corbata. Y ganaremos los espectadores, puesto que podremos ver confrontadas de verdad razones y propuestas.

Y, respecto al fondo, el debate de anteayer marcó con claridad la línea divisora más definida entre los partidos contendientes en estas elecciones, que es la línea generacional. La campaña aleja a todos de sus extremos, los apiña en una zanja ancha, aunque no anchísima, en una zona, si no templada, al menos no destemplada. Son distancias en todo caso abarcables, pues nadie se escurre demasiado ni a la derecha ni a la izquierda.

Pero la barrera insuperable es la generacional. No hay salto que pueda con ella. El PSOE y el PP están a un lado, Ciudadanos y Podemos, al otro, de manera que las cuentas las echará, además de la política, la demografía.