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LUCHA CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO

Una cumbre del clima marcada por un dispositivo de seguridad sin precedentes

La plaza de la República de París se llenará de zapatos pese a la prohibición de manifestarse, en señal de apoyo al resto de concentraciones que se producirán ante el inicio de la cumbre

La bandera española adorna una de las columnas de la entrada al recinto donde se celebrará la Cumbre Mundial de Cambio Climático COP21. / IAN LANGSDON (EFE)

La bandera española adorna una de las columnas de la entrada al recinto donde se celebrará la Cumbre Mundial de Cambio Climático COP21.

Madrid

El escenario de la Cumbre del Clima (COP21), al norte de París, ha quedado formalmente en manos de la ONU, mientras Francia activa draconianas medidas de seguridad ante el riesgo terrorista y la llegada de cerca de 150 líderes mundiales, lo que incluye la prohibición de manifestaciones y protestas.

La secretaria de la Convención de Naciones Unidas para el Cambio Climático, Christiana Figueres, recibió este sábado de manos del ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, las llaves del complejo de Le Bourget, al norte de París, donde este domingo se iniciarán las negociaciones para intentar limitar a no más de dos grados el calentamiento global.

Figueres ha recordado que uno de los principales retos de la COP21, que se prolongará hasta el 11 de diciembre, es acercar a ese objetivo los compromisos que ya han hecho 183 países para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero y que elevarían la temperatura entre 2,7 y 3,5 grados.

Aunque Figueres ha destacado que la existencia de esos planes nacionales ya constituye "el primer éxito concreto", algo en lo que coincidió con Fabius, ha indicado que en las próximas dos semanas de lo que se trata es de fijar unos mecanismos para avanzar en medidas más ambiciosas, con un control claro y asumido por todos los países.

Uno de los puntos de mayor fricción que se prevén en Le Bourget es el carácter vinculante o no de unas y otras partes del esperado compromiso, teniendo en cuenta las reticencias a un tratado internacional que imponga jurídicamente obligaciones de países como China y Estados Unidos, los dos mayores contaminadores.

Para calentar motores, Fabius reunió ayer sábado en una recepción en la sede en París de la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) a los jefes de delegaciones. No obstante, no será este domingo cuando se sentarán en torno a una mesa, una vez que se celebre la última reunión del buró de la COP20 que durante el último año ha presidido Manuel Pulgar-Vidal, ministro peruano de Ambiente. Pulgar-Vidal pasará el relevo al jefe de la diplomacia francesa, que ejercerá de anfitrión y también de director de las discusiones, sobre todo desde el 5 de diciembre, cuando reciba el resumen de los trabajos de negociación que para cada tema se llevarán a cabo en paralelo.

En torno a esos trabajos estarán las 40.000 personas que se espera que acudan cada día a las instalaciones de Le Bourget, 18 hectáreas acondicionadas en el interior de un complejo ferial, lo que incluye a los miembros de las 196 delegaciones (195 países y la Unión Europea), pero también de asociaciones ecologistas, empresas, grupos de presión y más de 3.000 periodistas.

Espectacular despliegue de seguridad

Todos ellos estarán protegidos por un espectacular dispositivo de 2.800 policías y gendarmes franceses (15.600 en toda la región), a los que se sumarán agentes de seguridad de la ONU y los que acudan con los cerca de 150 jefes de Estado y de Gobierno que han anunciado su presencia el lunes.

Esa jornada, concebida para que los líderes den "un impulso político" y ofrecer márgenes de flexibilidad a las negociaciones, se anuncia en todo caso como un verdadero rompecabezas para las autoridades francesas, que han pedido a los habitantes de la región de París que eviten desde mañana utilizar el coche privado y, en la medida de lo posible, también el transporte público.

Algunos de los principales ejes que conectan los dos aeropuertos de la ciudad (Charles de Gaulle y Orly) con Le Bourget van a estar reservados a las delegaciones oficiales: nunca se ha organizado un evento internacional en Francia con tal concentración de jefes de Estado y de Gobierno.

Francia se concentrará a pesar de la prohibición

Con un París en el que no se pueden celebrar manifestaciones para extremar las medidas de seguridad tras los atentados terroristas del día 13, la sociedad civil saldrá este fin de semana a las calles de 150 países, en 2.300 eventos, para pedir a sus líderes un esfuerzo por el planeta.

De concentraciones inspiradas en el yoga de las aceras de Nueva Delhi a conciertos de Peter Gabriel y Massive Attack en Londres, pasando por la samba que inundará Sao Paulo hasta el medio millón de personas que se espera pidan en Kampala una transición al 100% de combustibles fósiles a energías renovables, aprovechando la visita a Uganda del papa Francisco.

"Tras los ataques en París, Beirut, Bamako y tantos otros lugares, la esperanza es que el mundo se una en las negociaciones de la Cumbre del Clima (COP21) para decir que cree en una humanidad compartida", declaraba el máximo responsable de Greenpeace, Kumi Naidoo, sobre la convocatoria internacional de esas manifestaciones.

Las marchas comenzaron el pasado viernes en Melbourne, donde se congregaron cerca de 60.000 australianos en la mayor congregación en torno a un tema medioambiental que ha registrado nunca en ese país.

Estas concentraciones han seguido extendiéndose por el resto del planeta hasta el domingo. "El llamamiento de la gente a sus líderes será cada vez más difícil de ignorar", señalan desde la plataforma ‘Alianza por el Clima’, que agrupa a la mayor parte de organizaciones de la sociedad civil que persiguen combatir el cambio climático.

Esa red de movimientos ecologistas, también presente en las redes sociales con la etiqueta #climatemarch, ha convocado 60 eventos en distintas ciudades de China, una marcha verde en Madrid, actuaciones en Kioto y Tokio, concentraciones artísticas en Nueva York o Los Ángeles e incluso manifestaciones en Qatar, circunstancia prácticamente inédita.

París, a pesar de las estrictas medidas de seguridad que imperan en la capital de Francia, que permanece bajo un protocolo de estado de emergencia, también se sumará a los actos para "calentar" las conciencias de los líderes que deben ponerse de acuerdo para alcanzar un acuerdo universal e histórico. Los activistas medioambientales han decidido levantar una instalación simbólica a base de "zapatos manifestándose" en la Plaza de la República.

Los primeros pasos de esa alfombra de calzado serán los del papa Francisco, que donará dos zapatos blancos con su nombre como símbolo de la "ciudadanía ecológica" de la comunidad cristiana, a los que seguirán los de "otros miles de parisinos donados tras la anulación de la gran marcha del clima", indicaron sus organizadores.

Esos millares de calzados anónimos asaltarán la Plaza de la República a partir de las 10.00 hora local (9.00 GMT), 24 horas antes de que arranque la COP21, en la que se darán cita en torno a 150 jefes de Estado y de Gobierno de todo el mundo.

Zapatos en la Plaza de la República

Zapatos en la Plaza de la República / JOSÉ MARÍA PATIÑO

Zapatos en la Plaza de la República

Zapatos en la Plaza de la República / JOSÉ MARÍA PATIÑO

  • las autoridades retiran los zapatos de la plaza de la república de parís
 
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