¡Candidatos, bailad!
Muerto el debate por la decisión de quien gobierna por no compararse ni enfrentarse a sus rivales, los candidatos sienten predilección por esos otros programas que les invitan a mostrar su otro yo
Madrid
Metidos en pura harina electoral, los candidatos se vuelven locos por los formatos televisivos que más les conviene. Aún mantienen el hábito de someterse a entrevistas en la radio. Pero muerto el debate por la decisión de quien gobierna por no compararse ni enfrentarse a sus rivales, sienten predilección por esos otros programas que les invitan a mostrar su otro yo: el llamado y desconocido lado humano. Programas donde el candidato hecho hombre igual baila que saca de la cartera la foto de sus hijos o se tira en parapente.
![Foto de archivo de Antonio Hernández-Rodicio](https://cadenaser.com/resizer/v2/CNENCZ6FHRLMPBIXNJLYTPLQVM.jpg?auth=94db0bdc8cfd6bcfff92e3b503097e1a701823c8f3ee1115cdc2c9d1da84f14b&quality=70&width=650&height=780&smart=true)
Foto de archivo de Antonio Hernández-Rodicio / CADENA SER
![Foto de archivo de Antonio Hernández-Rodicio](https://cadenaser.com/resizer/v2/CNENCZ6FHRLMPBIXNJLYTPLQVM.jpg?auth=94db0bdc8cfd6bcfff92e3b503097e1a701823c8f3ee1115cdc2c9d1da84f14b)
Foto de archivo de Antonio Hernández-Rodicio / CADENA SER
Está bien. Los electores tienen derecho y les conviene conocer el mejor yo de sus elegidos, aunque el resultado resulte almibarado y poco creíble.
Pero el riesgo real para la democracia es que las máquinas de ganar elecciones, que son los partidos, confundan la rendición de cuentas a través de la entrevista periodística con una charla de café en el chalé de un cantante melódico.