Las hienas
Lo que hicieron los jugadores del Barça no es ningún delito, pero sí tiene algunas matizaciones, fundamentalmente que lo hicieran cuando hablaba un jugador humilde de Getafe y que no se atrevieran cuando hablaba su entrenador
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Madrid
Ha sido un fin de semana gamberro. Esa nueva tradición, Halloween, que a los veteranos se nos hace extraña y que a los más jóvenes parece que les obliga a gamberrear como si fuera un derecho de toda la vida.
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Y eso es lo que hicieron los jugadores del Barça en Getafe después de ganar el partido: gamberrear en la sala de prensa, aunque anoche emitieran un comunicado de disculpas a instancias del club, después de verse sin reconocerse. No es ningún delito, pero sí tiene algunas matizaciones, fundamentalmente que lo hicieran cuando hablaba un jugador humilde de Getafe y que no se atrevieran a hacerlo cuando estaba hablando su entrenador, por ejemplo.
Tan serios, ariscos y distantes cuando pierden que pasan por la sala de prensa como si fueran presos que le trasladan de un penal, y tan graciosos cuando ganan. No el Barça, en general todos.
Y algo más que gamberra me ha parecido la invasión al domicilio de los Márquez por esos periodistas italianos, que pretendían que recogiera el Premio de la Porquería: un pene. Delante de su hermano y de sus padres. Hoy van a ofrecer su versión de los hechos en su programa los periodistas italianos, pero sea cual sea no tienen derecho a invadir un domicilio privado y agobiar e importunar a su familia mientras les filman.
Estoy de acuerdo en que el título del programa les define con exactitud: las hienas. Pero Márquez tiene derecho a protegerse de ellas.