Es de cobardes declararse neutral
A Rossi el mundo lo vio ganar y lo encumbró. Y ahora el mundo ha conocido cómo es cuando no puede ganar.
Madrid
Muchos de vosotros estaréis tan indignados como yo por la coz canalla con la que Rossi derribó ayer a Marc Márquez de la moto. Pongo por delante mi antipatía hacia Rossi desde que hace algunos años tuve una corta entrevista con él en la que contestaba con monosílabos, distraído y engreído. David Alonso, que estaba allí, me dijo que contestaba la entrevista mientras estaba jugando a la Play Station una partida de marcianitos. Esa falta de respeto no me entusiasmó con el personaje, pero es cierto que hasta la fecha ha sido el mejor piloto de la historia.
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Pero lo que hizo ayer me confirma el diosecillo consentido y arrogante que lo que le estorba para conseguir lo que quiere, lo retira de una patada. El mundo le vio ganar y le encumbró. El mundo le ha conocido cómo es cuando no puede ganar. Pero me indigna también la postura estúpida de Javier Alonso, un español miembro de la dirección de carrera que decía no entender por qué Márquez peleaba así.
No sé si es estúpidez o cobardía, porque cuando se sabe quién tiene razón, es de cobardes declararse neutral.