¿Hasta cuándo habrá que aguantar a Rafael Hernando?

Madrid

Ya va siendo hora de que el PP, el partido en el Gobierno, abandone la broma de tener como portavoz parlamentario –y no solo, porque de hecho funciona como portavoz del partido- a un personaje tan atrabiliario como Rafael Hernando, gracioso sin gracia, pomposo sin pompas y pretencioso con sus supuestas cualidades oratorias, de las que no existe constancia alguna. Como mucho, tiene lo justo para lucir palmito de matasiete de cuarta categoría, si es que de eso hubiera cuatro categorías.

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¿Qué tiene que decir el interfecto de los debates en la campaña electoral? ¿Tiene algún cargo que justifique su entrometimiento en tal cosa? ¿Y sus descalificaciones hacia Europa y el comisario que le ha sacado los colores a su jefe de filas? ¿Acaso este boquiflojo sabe algo de cuentas comunitarias? ¿Conoce quizá lo que es un Colegio de Comisarios de la Comisión Europea? Pero, hombre, ¿no hay nadie en el PP con dos dedos de frente, que entienda que Hernando, en estos tiempos de tanta penuria para ellos, no hace otra cosa que ser el hazmerreír de partidos, medios de comunicación y ciudadanos en edad de votar?

Y ya puestos a preguntas, ¿por qué cree Pablo Iglesias tener alguna potestad para eliminar a Alberto Garzón de los debates a presidente del Gobierno? Unos debates electorales, por cierto, de los que todavía queda mucho tiempo para hablar….