David contra Goliath
Tras la entrevista de Ignacio Martínez de Pisón, flamante ganador del premio nacional de Narrativa me pregunto cómo va a quedar la reputación de una marca mundial como Volskwagen después de saberse que ha vendido millones y millones de coches diseñados para saltarse las normas medioambientales sobre emisión de gases.
Madrid
Si ayer tuvieron oportunidad de escucharnos, sabrán que entrevistamos, entre otros, a Ignacio Martínez de Pisón, flamante ganador del premio nacional de Narrativa por su novela “La buena reputación”.Recuerdo que a lo largo de nuestra charla el escritor se esforzó en ponderar la importancia que tiene este factor, la reputación, como termómetro social.
Y nos decía que, en contra de lo que suele argumentarse, el concepto de reputación no va tanto en la línea de la impostura, de figurar, de aparentar, de ser hipócrita, sino de la decencia, de la bondad, de la honradez. Llegados a este punto, me pregunto cómo va a quedar la reputación de una marca mundial como Volskwagen después de saberse que ha vendido millones y millones de coches diseñados para saltarse las normas medioambientales sobre emisión de gases….¡para ahorrarse un dinerito!.
Igual es para celebrar el Día sin coches pero dese luego esta noticia, que ya colea desde ayer, es uno de los grandes impactos del momento sobre todo porque afecta a una marca como Volskwagen y a un país, Alemania que suelen aparecer como símbolo de todo lo contrario. O sea, ¿quién nos iba a decir que en el gigante europeo, que en la planta noble de la economía comunitaria….se estaban haciendo trampas como en un chiringuito de mala muerte? Pues parece que era así….De momento, la compañía ya ha anunciado que aparta casi 7.000 millones de euros para hacer frente al pago de hipotéticas sanciones…..que, por cierto, algunas fuentes elevan hasta los 18.000. Sea como sea, el impacto en términos de imagen, de prestigio, de reputación en definitiva….eso es incalculable.
Y uno piensa que si en la locomotora europea, el país donde la moral pública es divisa nacional, si ahí sucede eso…… ¿Qué no ocurrirá en el resto? En cualquier caso, la sensación que te queda es de orfandad y sobre todo de indefensión; porque todos ellos son grandes, muy grandes….y nosotros muy pequeños. Suerte que tenemos la historia de David y Goliath para, al menos, animarnos un poco .