Más de los buenos que de los malos
Los clubs de fútbol, tan de continuo criticados y zarandeados, han sido de los primeros en mostrarse solidarios con la gente que huye despavorida de una guerra con sus hijos en brazos y que no saben dónde meterse
Más de los buenos que de los malos
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Madrid
Me gusta la actitud solidaria del fútbol con los refugiados sirios. Me gusta porque ha salido como una actitud natural de un mundo que vive en su burbuja de glamour y comodidad, pero que, sintiéndose observado de continuo, necesitaba dar ese paso ejemplar y lo ha dado.
En el fútbol se mueve mucho dinero, fundamentalmente porque lo produce. Pero también lo producen los bancos, y no he visto ese ejemplo diciendo "Ahí están mis pisos cerrados de las hipotecas para esta emergencia". Ni a los emiratos del petróleo, que presumen de poder construir estadios con aire acondicionado, y tampoco les he visto decir "Aquí tienen sitio todos y Alá proveerá para todos".
Los clubs de fútbol, tan de continuo criticados y zarandeados, han sido de los primeros en mostrarse solidarios con la gente que huye despavorida de una guerra con sus hijos en brazos y que no saben dónde meterse. Me ha gustado ese detalle ejemplar que comenzó en el Bayern de Múnich en Alemania y que ha prendido en España con el Madrid y todos los que se están sumando después. Con estos gestos, el fútbol y el mundo nos hacen pensar que hay más de los buenos que de los malos.
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