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"Al Qaeda es un resultado de la Guerra de Irak"

Nos acompaña en la Cadena SER Haizam Amirah Fernández, investigador principal para el Mediterráneo y el Mundo Árabe del Real Instituto Elcano

Madrid

Haizam Amirah Fernández, investigador principal para el Mediterráneo y el Mundo Árabe del Real Instituto Elcano, ha compartido unos minutos con Hora 14 Fin de Semana.

'Al Qaeda es un resultado de la Guerra de Irak'

05:11

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¿Por qué Irak invade Kuwait en ese momento?

El 2 de agosto de 1990 hacía casi dos años que había terminado la guerra de Irán-Irak. Una guerra de ocho años, de centenares de miles de muertos. No había vencedor ni vencido. Fue simplemente la destrucción de dos países vecinos y Sadam Husein, un líder totalitario y megalómano, consideró que tenía que ser recompensado por haber plantado cara y haber luchado el Irán de los Alatoyas.

Esperaba ser recompensado por esos países que había defendido o, al menos, él así lo consideraba. Las petromonarquías del Golfo y también Estados Unidos, el gran enemigo del régimen iraní tras la revolución islámica.

Sin embargo, eso no sucede. Caen los precios del petróleo, que está siendo castigado económicamente. No puede reconstruir el país ni sus Fuerzas Armadas y esto es lo que lleva a la invasión de Kuwait, un país "pequeñito" pero con enormes reservas de hidrocarburos.

Este es el punto de origen. El conflicto no es que acabe en falso pero sí que las víctimas del mismo van más allá de las bombas. El castigo, el embargo que sufre el país irakí se prolonga durante la época de los 90.

Sí, la "Operación tormenta del desierto" fue breve. Hablamos de una coalición internacional con más de medio millón de soldados desplegados por los países árabes del Golfo, sobre todo Arabia Saudí, para expulsar al ejército de Sadam Husein del emirato de Kuwait.

Las consecuencias han sido muchas y se están viendo con el paso del tiempo. La suma de decisiones que se tomaron por parte de los dirigentes de ese momento, los que vienen después y no solo centenares de miles de muertos... Es el embargo, las sanciones internacionales a las que es sometido Irak durante la década de los 90 con un coste de centenares de miles de civiles muertos.

Una consecuencia, que a veces no se tiene en cuenta, es que había un señor de origen saudí que quería crear un ejército de musulmanes para expulsar a Irak de Kuwait. Ese señor se llama Osama Bin Laden. No pudo llevar a cabo su proyecto y vio como llegaban centenares de miles de soldados extranjeros, sobre todo occidentales -principalmente estadounidenses- a la península arábiga, Tierra Santa del islam.

Esto lleva a una radicalización y creación de un grupo terrorista trasnacional. Al Qaeda es un resultado directo de lo ocurrido en los años 1990 y 1991 porque es cuando se enfrenta la monarquía saudí y busca conexiones a través de todo Oriente Medio, de la península arábiga y más allá.

Es decir, ese punto de tensión del año 90, de la "Tormenta del desierto" del 91, digamos que es el primer polvorín que agita el avispero y remueve todo el tablero de tensión de terrorismo internacional yihadista radical que tenemos hasta ahora.

Se puede decir que sí, que Afganistán había sido un sitio en el que diez años antes había habido actividad yihadista contra el ejército soviético. Pero fue en 1990-1991 cuando muchos habitantes de Oriente Medio, población mayoritariamente musulmana, ven con gran rechazo que se desplieguen tantísimos militares extranjeros, occidentales, estadounidenses en Arabia Saudí y que no se pueda resolver un problema entre países árabes vecinos musulmanes entre ellos o con la colaboración de países del entorno. Esto es lo que intentó en su momento el rey de Jordania, lo que le valió un castigo por parte de Estados Unidos y de otros países de la región porque no se sumó directamente a la coalición contra Sadam Husein, sino que abogó por buscar una solución con algún tipo de presión o compromiso para que Sadam Husein saliera de Kuwait y se restableciera la legalidad internacional.

No lo consiguió pero seguramente fue profético ver que aquello agitaría las aguas del radicalismo, el rechazo a lo occidental y que llevaría a consecuencias, a largo plazo, nada deseables.

 
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