Homo applicator

Madrid

A cualquier mujer que nos esté escuchando, si le dicen hace un par de años que con un simple clic en el móvil podría saber: cuándo le viene la regla, cuáles son sus días fértiles, en cuáles tiene más posibilidades de quedarse embarazada, cuándo le toca hacerse una revisión, qué debe comer, etc, etc... seguro que hubiera pensado en ciencia-ficción. Bueno, pues no; eso ya existe, es una aplicación que está arrasando en Italia y en España, incluso por delante de videojuegos y programas de entretenimiento; y es la confirmación definitiva de que ya vivimos en la era del "Homo applicator". En menos de diez años han nacido más de dos millones de aplicaciones que dan forma a una nueva industria, una industria global basada en el talento y la investigación, que factura más de 22.000 millones de euros y que además está transformando nuestras vidas de manera radical. Desde los simples –o no tan simples- juegos como el Candy Crush hasta las grandes –y polémicas- plataformas, tipo Uber o Airbnb que han puesto patas arriba sectores como el taxi o el turismo; pasando por las aplicaciones de mensajería instantánea, de música, del tiempo....por ahí están las más descargadas en todo el mundo.

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Pero es que este universo contiene además una miríada de propuestas a la carta, de trajes a medida. Yo que sé....aplicaciones para buscar aparcamiento, consultar la ficha de un vino, aprender a cortar jamón, hacer planos de una casa, escribir notas.....Es obvio que este catálogo casi infinito de posibilidades enriquece nuestro día a día, nos aporta un chorro de información, facilita las multitareas.....pero también nos hace tecnodependientes a un nivel que a mí, sinceramente, me asusta un poco. Sobre todo porque no creo que sepamos aún -¡¡¡porque no hemos tenido tiempo!!!- qué efectos provoca esta interacción continua de cerebro y máquina. Y no sé si somos más inteligentes o más tontos.... En cualquier caso, ¡vivimos una época apasionante!. Por cierto, lo que sí espero –y deseo- es que esta APP de la que hablábamos al comienzo que ha inventado un ginecólogo italiano con el nombre de Igyno sea más fiable que el método de otro médico, el japonés Ogino, cuyos errores –en el modelo o en la aplicación- provocaron más nacimientos en España que la mejor campaña de natalidad.