Y al séptimo mes despertó
“Este pequeño no hace más que sorprendernos. Estamos extremadamente orgullosos de él”. Así habla Marc Pircher, director del centro espacial de Toulouse tras el sopresivo despertar del robot Philae
Madrid
El pasado 12 de noviembre, Philae se posó en la superficie del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko. Entonces permaneció operativo durante casi 57 horas y consiguió enviar datos valiosos, aunque posteriormente, al quedar en una zona oscura del cuerpo celeste, no pudo recargar sus baterías solares y entró en hibernación.
Ahora, gracias al movimiento del cometa, al recibir más luz, ha despertado, pero ¿qué se puede esperar de él?
Un cometa y muchas sorpresas por descubrir
“Este pequeño no hace más que sorprendernos. Estamos extremadamente orgullosos de él”. Así habla Marc Pircher, director del centro espacial de Toulouse. "Podremos dialogar con él. Ver lo que ha registrado y hacerle peticiones. Pero hay que ser prudentes. Todavía no sabemos si podremos hacer lo previsto. Antes hay que ver exactamente en qué estado está y para eso habrá que esperar unos 15 días".
En total el robot lleva en su interior una decena de instrumentos. Su objetivo es estudiar el cometa sobre el que se haya posado. Antes de que el robot entrara en hibernación funcionó durante dos días y medio. Su reactivación ahora podría permitir responder a muchas preguntas que se hacen los científicos: ¿Qué tipos de moléculas orgánicas están presentes en el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko?. ¿Estas moléculas podrían ser capaces de albergar vida?
Estas futuras mediciones vendrían a completar el trabajo ya efectuado por la sonda ‘Rosetta’ que sobrevoló el cometa durante el mes de agosto de 2014. Sus instrumentos revelaron algunos fenómenos mucho más complejos de lo que se esperaba, especialmente en cuanto a diversidad geológica de su superficie, la naturaleza del gas que emana, etc