"La coartada del 'tendré que'"

Madrid

Mariano Rajoy se define a sí mismo como un hombre previsible, pero todos sabemos que a Rajoy hay que traducirlo del rajoyés al español. Y traducida, esa frase queda así: Mariano Rajoy es un hombre previsible, siempre hace lo contrario de lo que dice. De forma que cuando al día siguiente de las elecciones Rajoy dijo que no haría ningún cambio en el gobierno ni en el partido, todos sospechamos que, tal vez, habría cambios en el gobierno y en el partido. Y, sin embargo, cuando ayer anunció que habría esos cambios, todos supimos que no hablaba en rajoyés, que no había que traducirlo, que era verdad, que habrá cambios. Y por qué, porque utilizó su muletilla favorita para los virajes, la forma verbal de las coartadas: tendré que hacer cambios, dijo. Tendré que. Como cuando se comió su programa electoral, siempre forzado por las circunstancias. Pero, ¿por qué circunstancias, de qué materiales está construido ese tendré qué, y mezclados en qué proporciones? ¿La rebelión de los barones derrotados, la tensión Soraya-Cospedal, la voz de Arriola, la amenaza de la corrupción que no cesa, los severísimos juicios de la prensa más adicta? En ese enigmático tendré que se encierra el secreto del verdadero estado de salud del primer partido de España.

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