Lenier González: "La sociedad cubana está cansada de confrontación"

La Habana

De ‘Cuba Posible’ dice el ‘New York Times’ que lideran una incipiente cultura del debate en la isla ¿Hasta ahora no ha habido debate en la isla?

No podemos afirmar que en la isla no ha habido debate. Tiene un modelo de prensa que hemos copiado desde el año 76 de la Unión Soviética. Cuba tiene un modelo copiado de la era soviética y la sociedad cubana se ha transformado tremendamente en estos últimos 20 años. Los muchachos cubanos de hoy tienen aspiraciones e imaginarios que los equiparan mucho a las aspiraciones de cualquier muchacho español o cualquier cubano que vive en Miami. Es decir, el país tiene una baja tasa de acceso a Internet pero la circulación de información y el consumo cultural -las series, las películas,...- son las mismas que las de cualquier muchacho en el resto del hemisferio. Tenemos nuestros problemas, nuestras particularidades, pero en cierta medida nos parecemos también al resto del mundo.

¿Está menos polarizada la sociedad? ¿Se necesita una tercera vía?

La sociedad cubana está cansada de confrontación, de un conflicto de 50 años. Un conflicto en el que las élites que participaron en 1959 y en los cinco años posteriores al triunfo de la revolución, donde el país vive una casi guerra civil, los que perdieron se fueron a Miami y hoy dirigen las organizaciones del exilio cubano y quienes ganaron son hoy los que gobiernan en La Habana. Son los dos sectores de la cuestión cubana que han mantenido y alimentando la confrontación. En medio de esos dos grandes polos, existe una gran sociedad cubana y un conjunto de actores que no han participado y que buscan una solución que no pase por las lógicas del conflicto. Es decir, que no busque la aniquilación del otro sino una solución nacional sobre la base de un pacto.

¿Qué tiene que ver que para las nuevas generaciones la revolución ya no sea una ideología?

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Para ellos la revolución es el disfrute de conquistas sociales, que ellos han incorporado ya como derechos. Ir a la escuela sin pagarla, acceder a la salud pública, disfrutar de ciertos acceso a la cultura con un nivel social positivo, pero a la vez son hijos de la crisis económica de hace 20 años. Está por un lado el disfrute de ciertos derechos pero también el haber vivido esa crisis. Hay ciertas ventajas por un lado pero la crisis tremenda de los 90 y los 2000 que el país no acaba de superar. Es complejo y problemático.

Pero... ¿son los cubanos quienes tienen que hacer su transición y decidir qué quieren?

Por supuesto. Nosotros no somos propagandistas de un cambio de régimen. A nosotros nos consta que desde dentro del sistema hay tremenda capacidad de gestión y de cambio. Lo que pasa es que se mantiene una fachada, que es realmente una discusión entre generaciones. Pero el cambio tiene que venir de adentro y con el respeto de las cosas buenas que se han conseguido. Mientras haya control todavía se pueden cambiar las cosas que se van a cambiar de todas formas para mantener las buenas pero eso es una discusión delicada porque no pretendemos estar en una barricada. Somos socios y podemos acompañar pero no pretendo dar lecciones de política a nadie. Hay un sector juvenil muy bien formado que sabe cómo se vive fuera de Cuba. El país necesita marcos de libertad para que esos jóvenes no se vayan de Cuba. Es el mayor desafío político. Las políticas de represión sobre Cuba lo que han hecho es aislar a los actores internacionales de los actores cubanos bajo políticas de condicionamiento. Es el momento de acompañar a Cuba en un momento de transformación.

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