Cuentapropistas cubanos de altura y futuro
Pequeños empresarios cubanos se cuelan entre las rendijas de apertura económica iniciada por Raúl Castro. Peluquerías, cafeterías y alojamientos turísticos se multiplican en La Habana
La Habana
No hay mejores vistas en La Habana que desde Piso 20, un alojamiento turístico regentado por el director artístico-musical Alberto Hernández, un cubano enamorado de La Habana -y del futuro- que comparte desde hace dos años su casa con turistas de todo el mundo a un precio más razonable. Comparte su comedor con tele de plasma y fotos de Marilyn, Chaplin y Lennon. Comparte su limpísimo baño y su cocina con todos los utensilios posibles. Y comparte sus vistas y sus conversaciones. Y es gracias a tanto compartir que saca adelante su pequeño negocio, uno de tantos que se están afianzando en la isla.
“Es parte del nuevo modelo económico que está habiendo en Cuba. Ahora, si cumples las condiciones y tras haber conseguido las licencias pertinentes, se nos permite tener un pequeño negocio privado”, explica Alberto orgulloso. Pese a que la burocracia es casi infinita, emprendedores como él han logrado hacerse un hueco en el tejido empresarial tradicionalmente copado por el estado cubano. “Soy un cuentapropista, porque vi una opción en la apertura”, añade.
Y ahí tiene su “habitación azul", la que alquila, decorada con ternura. Mirando al malecón. “El concepto es diferente, desde la decoración hasta el trato”. Es posible que por eso Alberto recibiera una llamada de AirBnB, la web de alquiler de alojamientos vacaciones entre particulares. “Cuando me llamaron primero pensé que era una broma. Aquí estas cosas no pasan. ¡Fui seleccionado! Se interesaron por mi habitación y rellené todos los formularios”. En Cuba ya hay más de mil alojamientos que se anuncian en esta web y, de hecho, la compañía asegura que 2015 será el principal destino de sus clientes norteamericanos.
“Esta ha sido la temporada alta más larga de la historia de los arrendadores en Cuba”, dice Alberto. “Hay mucho movimiento. Viene mucha gente de Europa y empieza a haber mucha gente de Estados Unidos que quiere venir. Se auguran buenos tiempos para el turismo”. Los tiempos están cambiando. Alberto se enorgullece de la Bienal de La Habana que se está celebrando estos días. Y de las visitas de Rihanna, Beyoncé o Marc Anthony. “Creo que los cuentapropistas vamos a ser fundamentales en el futuro de nuestro país. El apoyo fundamental de la avalancha de turistas vamos a ser nosotros. Vamos a dar la vuelta de tuerca”, apunta con la mirada puesta especialmente en la próxima visita del papa Francisco a la isla, prevista para septiembre.
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Conocer La Habana de la mano de un local no tiene precio. Es otra ciudad. Otra vivencia. Es descubrir rincones que solo esta ciudad medio decadente esconde. Ritmos de película. Arte por todas partes. “Cuba va a ser la llave de las Américas y se va a convertir en un destino turístico todavía más importante. La gente en Cuba es muy abierta y muy solidaria. La gente en Cuba no te dice cómo llegar a los lugares, te lleva a los lugares. Cuba va a terminar siendo el paraíso del Caribe”.
Internet a velocidad de tortuga
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Uno de los grandes problemas de este tipo de negocios, en especial de arrendamiento de viviendas o habitaciones, es el difícil acceso a la red de internet. La comunicación entre el cliente y el arrendador debe ser rápida y continuada –así lo exigen por ejemplo web como AirBnB- pero en Cuba es realmente difícil. Aunque cada vez hay más puntos de acceso a internet, los precios son muy altos y el servicio de muy baja calidad. Aunque propietarios como Alberto se inventan cada día la manera de mantenerse al día.