El hombre que redescubrió África
El británico Miles Cleret convirtió su pasión por la música africana en uno de los sellos discográficos que mejor han retratado la escena de países como Nigeria, Sierra Leona o Ghana
África no existe, escribió Kapuscinski. Es el nombre genérico que le concedimos a un vasto continente. Un nombre que no explica nada de la realidad de ese inabarcable mundo. África son muchas y no es ninguna. Son millones de personas, cientos de ciudades, decenas de países e infinitas tribus, razas y credos, también son canciones.
Se podría decir que la música africana tampoco existe como unidad, son miles de ritmos y melodías transmitidas de generación en generación a lo largo del tiempo. Muchas de esas composiciones se han perdido, se han olvidado, han muerto. Otras, por fortuna, han resucitado por el buen hacer de un reducido grupo de sellos occidentales fascinados por la música de países tan desconocidos culturalmente como Ghana, Kenia, Nigeria, Costa de Marfíl, Benín o Sierra Leona.
El británico Miles Cleret es uno de esos salvadores del folclore africano. Cleret, que creció en una casa repleta de todo tipo de discos, heredó la adicción a la música de sus padres y esa pasión le llevó de adolescente a las mesas de mezclas de los clubes de Manchester. Cleret comenzó como pinchadiscos hasta que un día su pasión por las canciones nuevas, por los temas desconocidos, le llevó a embarcarse en su primer viaje a África. A principios de siglo, este joven británico aterrizó en un aeropuerto Ghana con una única misión: descubrir nuevas canciones. De aquel primer viaje regresó a Inglaterra con una maleta repleta de desgastados vinilos que quería usar en sus sesiones de baile, pero aquella experiencia fue solamente el principio de su nueva aventura: Soundway Records.
De aquel primer viaje nació una idea. Crear un sello de música que recuperase la música africana que fascinaba a Cleret, una compleja aventura que llevó al pinchadiscos por media África buscando canciones, encontrando a sus intérpretes, consiguiendo los derechos para editar sus discos. “El proceso de búsqueda es sencillo”, explicaba Cleret en una entrevista. “Llego con la dirección de algunas tiendas o de algunas personas y luego toca andar y andar. Se trata de conocer a gente que le guste la música y pegarte a ellos. Beber con ellos, salir con ellos y hablar de mucho de música. Poco a poco van saliendo nombres y vas conociendo a coleccionistas y a músicos y vas descubriendo grupos y canciones”, detallaba el inglés.
La primera entrega de Soundway fue ‘Ghana Soundz: Afro-beat, Funk & Fusion in 70's Ghana’, un trabajo que marcó la línea maestra de su sello: reeditar las canciones perdidas de la costa occidental africana. Miles ideó un proyecto diferente. Su sello no se basaría en hacer grandes éxitos de los países. Sus álbumes incluyen estrellas reconocidas, pero también a artistas olvidados que nunca sonaron fuera de su país o, incluso, con obras descatalogadas desde hace décadas.
Poco a poco, Miles Cleret fue adentrándose en el continente e indagando en distintos géneros musicales. De sus viajes a África fueron surgiendo recopilatorios fascinantes sobre artistas desconocidos en Europa que arrojaban algo de luz sobre sonidos intensos en canciones eternas de cantantes y grupos que, en muchos casos, desaparecieron hace años. También ha creado estrellas. Gracias a sus reediciones, algunos artistas han retomado sus carreras abriéndose camino en Europa o EEUU como sucedió con Ebo Taylor, el virtuoso guitarrista ghanés. Y, desde hace unos años, también está haciendo debutar a nuevas formaciones como los colombianos de Meridian Brothers o la joven cantante de Ibibio Sound Machine.
El trabajo de Miles Cleret abarca principalmente la década de los años setenta y los países africanos, pero la curiosidad ha llevado mucho más lejos al inglés. Tras sumergirse en las distintas escenas africanas, Miles saltó a Asia con discos sobre la música de Tailandia o a Latinoamérica con álbumes sobre los distintos sonidos de Panamá, Colombia o el caribe francés. Sobre los distintos países, Cleret muestra diferencias. “En los países francófonos hay más respeto por la tradición, también en Colombia. En países como Nigeria los jóvenes cuidan menos esas cosas y están más enganchados al hip hop o a la música electrónica”, confesaba en 2008.
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Han pasado más de diez años desde aquel primer viaje a Ghana, probablemente la escena mejor retratada por Cleret junto a la de Nigeria, y Soundway Records ha ido creciendo sin prisas y con una buena letra que se refleja en sus cuidados libretos, la edición de los discos, la calidad del sonido de sus grabaciones o en sus llamativas portadas. Soundway Records se ha convertido hoy en día en uno de los sellos más interesantes de este siglo, en un referente para los amantes de la música africana y de los melómanos con ganas de descubrir nuevo material. Ese trabajo, que nació de un viaje de placer, le ha valido a Cleret para consagrarse como un prescriptor diferente, un hombre de gusto y oído que ha convertido su proyecto personal en algo único y especial, en un minucioso retrato de la música de ese vasto continente al que llamamos África, aunque África no exista.