Un Cicerón para la Junta

Madrid

Antonio Maíllo (Lucena, Córdoba, 1966) es licenciado en Filología Clásica. Es decir, sabe latín además de griego. Lenguas muertas de las que dio clases como profesor en institutos de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) y Aracena (Huelva). Hasta hace seis años era director de uno de esos centros y la seriedad y saber estar que se le presupone a un docente de esa categoría la transmite en sus intervenciones. Comparte la retórica de Cicerón -aseguran sus amigos-: "lenguaje sencillo para convencer, lenguaje elevado para emocionar".

Es militante del PCE desde los 18 años y se ha curtido como candidato en varias elecciones municipales. Su principal activo político, su falta de ambición, dicen sus compañeros de Izquierda Unida que le definen como hiperactivo, dialogante, cultivado, comprometido y riguroso. Se fue a Londres para perfeccionar su inglés cuando le nombraron responsable del área de bilingüismo de la Junta de Andalucía.

Dice que le gustaría retirarse como profesor de Instituto pero, de momento, aspira a dar la sorpresa el próximo domingo.