Por supuesto que tiene importancia

Madrid

Dice el ex presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, que nada ha cambiado, que la única novedad es que el Tribunal Supremo le ha llamado a declarar en relación con una causa en la que se investiga si se cometieron delitos en la organización de los llamados ERE. Se equivoca, por supuesto, porque la condición de imputado, que jurídicamente no significa gran cosa, políticamente ha alcanzado una carga bien potente gracias, o más bien por culpa de, los diferentes partidos políticos, el suyo incluido. Así que su condición de imputado, como la del señor Griñán y la de otros ex altos cargos socialistas, va a tener un gran impacto en el desarrollo de la campaña para las elecciones andaluzas del próximo 22 de marzo. Lo reconozca o no el señor Chaves, su imputación va a jugar en contra de Susana Díaz, que se va a ver obligada a incorporar el asunto a su propia campaña, sí o sí.

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Quizás no habríamos llegado a este punto si desde el primer momento los altos cargos de la Junta de Andalucía hubieran renunciado voluntariamente a su condición de aforados. Los ciudadanos estaríamos seguramente hablando hoy de cualquier otra cosa. Pero no ha sido así. Ni el señor Chaves ni sus colegas han estado dispuestos a presentar la dimisión de sus escaños y a quedar bajo la jurisdicción de la jueza Alaya, cuyos procedimientos critican duramente. Seguramente están en su derecho. Pero a lo que no tienen derecho es a decir que nada de esto tiene importancia y que su imputación no va a hacer un gran daño a su partido, precisamente cuando atraviesa uno de sus momentos más críticos.