La firma de Angels Barceló: o Grecia convence o Tsipras deberá gestionar la frustración colectiva

Madrid

Acabó el tour del primer ministro griego y su ministro de finanzas por Europa. Un tour seguido minuto a minuto por esa Europa a la que han intentado convencer de que hay que cambiar las cosas, de que con la austeridad solo se llega a la asfixia.

Lo han seguido los dirigentes políticos pendientes no solo de sus movimientos, sino de los de las Instituciones europeas, y pendientes los ciudadanos, no solo los griegos, que han vislumbrado en Tsipras y Varufakis la esperanza. La esperanza de poder ablandar a la dura Europa. En el camino los dos se han encontrado de todo, palmadas en la espalda, buenos gestos, corbatas regaladas , pero también se han encontrado a la Europa más reacia a los cambios, se han topado con Alemania y con el BCE.

Anoche, cuando solo faltaban unas horas para el fin de esta gira, el Banco Central Europeo lanzaba una dura amenaza: o se avanza en la negociación para el nuevo rescate o se cierra el grifo de dinero a los bancos griegos. Y hoy, antes de irse de Alemania, Varoufakis ha tenido que escuchar como el ministro de economía alemán le decía que no se pueden hacer promesas a costa de terceros, que no son realistas. Osea que jarro de agua fría a las promesas electorales de Siryza.

Hoy Tsipras y Varoufakis han vuelto a Grecia a explicar a los griegos lo que han conseguido y allí han insistido en que no aceptarán más austeridad y que no piensan recibir más órdenes. Sigue el pulso y se mantiene la ilusión de los griegos. Veremos al final quien gana. Hasta ahora sabemos quien tiene la fuerza, en este país lo hemos comprobado. Nos queda por comprobar el poder de convicción griego, porque si no les va a tocar gestionar la frustración, la enésima frustración de los griegos.