Islam y democracia
Los musulmanes franceses están divididos después del atentado de Charlie Hebdo y por las escuelas e institutos circulan "teorías de las conspiración" que señalan al Estado en el origen de lo sucedido
Madrid
Francia tiene un problema. Y por elevación, Europa tiene un problema. La religión musulmana es la segunda del país porque sus fieles ya suponen un tercio de la población. Los musulmanes franceses están divididos después del atentado de Charlie Hebdo y por las escuelas e institutos circulan “teorías de las conspiración” que señalan al Estado en el origen de lo sucedido.
El laicismo surgió en el siglo XVI para poner fin a las guerras de religión entre católicos y protestantes; pero los musulmanes franceses no lo sienten en la actualidad como un escudo que preserve sus creencias, sino como un corsé a las costumbres y hábitos que conlleva su práctica. Si debe haber un esfuerzo para no marginar a los musulmanes a través del laicismo, estos deben evitar también caer en la endogamia del grupo religioso y hacer evolucionar una religión cuya interpretación depende de imanes que en ocasiones tienen mentalidad arcaica o están financiados por países sin tradición democrática.