Cuestión de estilo
Comentario de la columnista de 'El País', Soledad Gallego-Díaz, en 'Hoy por Hoy' del martes 23 de diciembre de 2014
La mirada de Soledad Gallego-Díaz: 'Cuestión de estilo'
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Madrid
La infanta Cristina debió haber renunciado a los derechos dinásticos desde el primer momento en el que se vio involucrada en el caso Noos. Es cierto que esos derechos dinásticos no tienen la menor importancia. Da igual que sea la quinta o la decimoquinta en la línea de sucesión de la Corona española porque nada de eso acarrea la menor consecuencia para la ciudadanía. Se trata de otra cosa: de sentido común y de su respeto a su hermano, el rey, y a una institución que se supone que ella sí reverencia.
Muy mala imagen da de los monárquicos una infanta que no está dispuesta a hacer el menor gesto en defensa de la institución. Nadie le pide que reconozca una culpabilidad que los Tribunales por el momento no le han atribuido. Si la infanta Cristina puede ser procesada como cualquier ciudadano, es lógico que tenga derecho a defenderse como cualquier ciudadano. Pero renunciar a esos extravagantes derechos dinásticos no supone admitir culpabilidad alguna, sino un simple gesto de discreción. En fin, cuestión de estilo.
La noticia de que el juez Castro obliga a la infanta a sentarse en el banquillo como cooperadora necesaria en los delitos fiscales atribuidos a su marido, Iñaki Urdangarín, no cambiará seguramente mucho el primer discurso navideño de Felipe VI. Si acaso le añadirá morbo, es decir aumentará la tendencia que tienen los seres humanos a buscar lo más desagradable.
Soledad Gallego-Díaz
Es periodista, exdirectora del periódico 'EL PAÍS'. Actualmente firma columnas en este diario y publica...