Con el relevo en la Corona el daño a la institución es infinitamente menor

Madrid

Nada más conocer la noticia de que la infanta Cristina se sentará en el banquillo de los acusados por el caso Nóos hablamos con José Antonio Zarzalejos:

“La infanta Cristina ha tenido dos momentos en los que dudó si tenía que renunciar a sus derechos dinásticos. Luego se enrocó, pensó que eso dificultaba más su posición dentro de la familia del Rey y al enrocarse se negó. Es verdad que también recibió consejos en el sentido de que no lo hiciera, que era prematuro. Pero en este momento que una de las personas, aunque la hipótesis no sea verosímil, llamada a la sucesión de la Jefatura del Estado en sexto lugar tenga que sentarse en el banquillo de los acusados, sin prejuzgar su culpabilidad pero con su presunción de inocencia debilitada, realmente es un acontecimiento tan insólito que a la infanta que, por cierto es muy tozuda, debería hacer un gesto de contrición ante la sociedad española y renunciar de forma inmediata a los derechos dinásticos y si no lo hiciera el rey podría, perfectamente, desposeerla del título de duquesa de Palma que es honorífico y graciable. Alguna reacción tiene que haber si la infanta persiste en ese tozudo mantenimiento de su estatus, cuando realmente no lo merece”