“Mejor comprar un juguete bueno que dos juguetes malos”

Madrid

Mirar con mucho detenimiento las etiquetas y entender bien lo que detallan, así como comprar siempre un juguete bueno mejor que dos malos; esas son las máximas de Ignacio Cosidó, director general de la Policía, a la hora de comprar regalos para los más pequeños. La inmensa mayoría de los artículos para niños que se venden en España no presentan nada que temer pero, después de 16 registros en el barrio de Lavapiés, en la plaza Mayor y en el fuenlabreño polígono de Cobo Calleja, habitual escenario de delitos relacionados con el comercio, se han encontrado 224.341 juguetes peligrosos, más de 100.000 artículos pirotécnicos y 17.000 falsificaciones.

Durante la rueda de prensa de la policía se han podido ver los juguetes confiscados junto a etiquetas sobre el riesgo del que venían acompañados, como estrangulamiento. La panorámica del repertorio ha resultado "macabra", al periodista Alberto Pozas, presente en la convocatoria, que también ha recordado que el flujo de estas mercancías proviene de Asia. En España, las pruebas que pasan los juguetes son las mismas que en cualquier país de la Unión Europea y de todas los artículos que entren legalmente en ella.

"Tenemos hasta un laboratorio de inflamabilidad", cuenta Carina Permías. Desde el Instituto AIJU, se encarga de comprobar, entre otras cosas, cómo los juguetes reaccionan ante los sobrecalentamientos, que no contengan sustancias tóxicas o que aguanten el peso de un niño siempre que estén destinados a ello. La complicación paulatina de los juguetes provoca que hoy se les hagan pruebas químicas y orgánicas, además de los habituales exámenes físicos —que no haya objetos cortantes, que las piezas no se puedan separar inesperadamente o que nadie se pueda pillar un dedo manipulándolo.