Manuel: "Queremos garantizar una merienda y apoyo escolar a todos los niños que lo necesiten"

Madrid

Hace apenas medio año el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, aseguraba que la realidad que mostraba el informe de Cáritas acerca de la pobreza en España no se correspondía con la realidad. En él se recogía, entre otros datos, que España es el segundo país de la Unión Europea con más pobreza infantil y que el 12% de los españoles que trabajan no gana suficiente para escapar de la pobreza. En la actualidad un informe de Unicef refleja que cerca de 2 millones de niños pasan hambre en España y 30.000 familias tienen dificultades para dar de comer a sus hijos.

Esta situación fue la semilla que germinó el proyecto Música por la Paz. En un inicio surgió como nexo entre alumnos de un colegio con gran diversidad cultural, pero finalmente desembocó en un punto de encuentro para aquellos niños que tienen necesidades académicas o alimentarias.

Manuel Armada, presidente de la plataforma, explica que, por las características del proyecto, las familias recurren a ellos bien por necesidades económicas o bien porque necesitan una ayuda para compaginar su vida laboral y familiar aunque, afirma, "las puertas están abiertas para todos los niños. No pedimos ningún certificado de pobreza o riqueza".

No queremos cambiar el mundo, solo queremos mejorar el trocito que nos rodea

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De las actividades se encargan personas voluntarias pero, para cubrir las necesidades académicas, hay un profesor titulado por cada uno de los centros que atiende a los niños durante las tardes que pasan con ellos. A su cargo tienen, como máximo, 20 niños y las edades oscilan entre los 7 y los 17 años. Belén Iglesias es la profesora encargada del centro de Gijón y, en su caso, quiso compaginar su profesión con un proyecto social. "Para mí es muy gratificante poder ayudar a niños con necesidades e intentar motivarlos para que crean en sus capacidades" argumenta Belén.