Poca seriedad

Madrid

La poca seriedad con la que se desarrolla la vida política en este país, su falta de rigor, y su exceso de gestualidad se superan día a día. Los responsables políticos se empeñan en encadenar gestos grandilocuentes, y se deja de atender derechos que son realmente fundamentales. El próximo día 9 los catalanes que son partidarios de la independencia participaran en lo que el profesor Rubio Llorente califica de consulta-manifestación, una especie de nueva Diada, pero menos seria, en la que los manifestantes se apuntan después en un registro y depositan una papeleta en una urna. Sucede que esa peculiar “manifestación”, entre comillas, ha sido suspendida por el Tribunal Constitucional, a solicitud del Gobierno.

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Nadie duda de que los independentistas que lo deseen se manifestarán el día 9, y que lo harán en paz y en jolgorio, como debe ser en un país pacífico y democrático. Nadie duda tampoco de que ese nuevo gesto tendrá un cierto valor político, como lo tuvo la última Diada, pero también un nulo valor jurídico, dado que existe todavía menos rigor y además una lamentable intimidación que se ejerce desde instancias oficiales. La cuestión es saber qué hará el Estado al día siguiente. ¿Pedirá el Gobierno responsabilidades a los convocantes, sean quienes sean, por no acatar la suspensión decretada por el Tribunal Constitucional? Solo cabe esperar que no se recurra a más gesticulación. Un poco de calma, por favor.