Una victoria balsámica
Hay tenistas a los que les cuesta tener término medio. O bien juegan como los ángeles o bien entran en rachas difíciles de gestionar de las que cuesta salir. Pablo Andújar puede ser uno de ellos. A mediados de febrero, en Rio de Janeiro, perdió con Nadal en el tie break del tercer set uno de los más divertidos partidos de la temporada. Dos detalles le privaron de una gran final, como el mismo nos dijo en Punto SER y Partido.
Andújar es un tenista singular, autor de un tenis que seguramente en los años noventa le habría llenado la vitrina de títulos, el giro del circuito hacia pistas más rápidas y la evolución tecnológica le penaliza sobremanera. Fino en el toque y no demasiado físico, necesita ritmo para poder jugar a gusto dentro de un tenis moderno en el que lo que está de moda es reventar la bola a la mínima.
Hasta la semana pasada en Hamburgo, Pablo había sufrido muchos reveses complicados de asimilar, como esa derrota en primera ronda de Madrid frente a Guillermo García cuando defendía las semifinales de 2013. Tampoco le fue bien en Roland Garros, cayéndole un duro hueso como Cilic en primera ronda. Huyendo de la hierba prefirió jugar un challenger en Italia pese a llegar a Wimbledon sin apenas pisar la hierba.
La semana pasada sin embargo algo cambió. Fue en la humedad de Hamburgo, parecida a la de Valencia donde Andújar reside. Ganó tres partidos y cayó en cuartos frente a un exultante David Ferrer. Pero el éxtasis le ha llegado en Suiza, en Gstaad, y lo ha hecho ganando a rivales de mucha entidad como Simon, Granollers o Verdasco. Y luchando en la final con un jugador muy parecido a él, Juan Mónaco, su compañero de dobles y un tenista tan necesitado como él de una buena noticia.
Pablo Andújar es un tipo educado, sufridor (es del Levante), y que nunca pone una mala cara cuando le preguntas algo que sobre el papel pueda incomodarle. Y lo más importante, vive para esto del tenis, incluso cuando no está jugando él mismo. Esta vez le ha tocado disfrutar a él. Mañana despertará de nuevo en el Top50 de la ATP. Eso sí, una sola recomendación, el dinero que se lo den en un cheque o en un sobre, nada de cuentas en Suiza… que últimamente dan muchos problemas.
