El Madrid Open gana su primera gran apuesta
Marius Copil, el jugador con peor ranking del torneo e invitado por la organización arrolló a Granollers dándose el gustazo de justificar su presencia en el cuadro final del torneo.
Tan rápido se atan cabos como tan rápido nos equivocamos. Rumano como el patrón del torneo, Ion Tiriac, Marius Copil se veía este lunes ante la obligación de hacer buena esa invitación frente a Marcel Granollers, un tenista de mayor experiencia y prestigio. Era un momento duro, muchos ojos puestos en ese partido y a la vez ninguno, relegado a la tercera pista por importancia de la Caja Mágica.
Copil, un tenis 100% de la tradicional escuela del este de Europa tiene pátina de deportista. Hijo de un jugador de rugby y una jugadora de balonmano, es un sacador obstinado, más cómodo en las pistas cubiertas y heladas del interior del continente. En el primer encuentro de la mañana Marius no tembló y sacó a relucir todo su arsenal frente a Granollers, al que dominó de principio a fin y consiguió frustrar a base de salvar bolas de break (4/5).
Una vez justificada la invitación, Copil está liberado de toda obligación. Quizás ahí se vuelva aún más peligroso. En segunda ronda se medirá al ganador del Dimitrov-Carreño (otro invitado). ¿Se imaginan un duelo entre dos WC por acceder a octavos de final? Podría pasar.