La mirada de Soledad: "¿En qué quedamos?"

Lo que está ocurriendo en Burgos refleja un estado de ánimo que seguramente está bastante extendido en el país. El estado de ánimo de unos ciudadanos que creen que se les ha estafado y engañado muchas veces en los últimos años y que se mantienen ahora más alerta y más decididos a hacerse oír, en su inmensa mayoría de manera pacífica, pero insistente y ruidosa. Y el hecho de que esas grandes protestas pacíficas coexisten con pequeños grupos de jóvenes que están decididos a expresar su ira en la calle. La mejor manera de hacer frente a este tipo de fenómeno, de sobra conocido, no es aumentar las fuerzas antidisturbios, sino responder con rapidez y eficacia a las manifestaciones pacíficas. No se comprende por qué el ayuntamiento de Burgos no ha paralizado las obras en el barrio del Gamonal y por qué no ha abierto ya un procedimiento que le permita reunirse con los vecinos.

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Los vecinos del Gamonal son quienes mejor conocen las necesidades de su barrio y han dicho cien veces que la construcción de un bulevar, con plazas de garaje subterráneas, es una obra completamente superflua. Se ha criticado hasta la saciedad que no hubiera habido en los últimos años suficientes protestas contra el despilfarro público, las obras disparatadas y los gastos incomprensibles. Y cuando los vecinos del Gamonal toman la iniciativa y salen a la calle para evitar uno de los desastres, se les echa encima a todas las fuerzas del orden público. ¿En qué quedamos?