Cospedal no gana para disgustos

(CADENA SER)

Madrid
Es una de las mujeres más poderosas de la política española. Su doble condición de presidenta de Castilla-la Mancha y secretaria general del Partido Popular la mantienen permanente en el candelero, pero esa sobreexposición pública tiene también sus riesgos, básicamente cuando van mal dadas. Y hoy, desde luego, no es un buen día María Dolores de Cospedal.
Por un lado ha perdido el juicio contra Bárcenas, la justicia considera que el extesorero no vulneró su derecho al honor. Y por otro su consejero de Educación se encuentra en el ojo del huracán tras saberse que su esposa fue operada de una hernia discal saltándose la lista de espera.
Lo primero, lo de Bárcenas, es un revés en toda regla que además darás alas a quienes ya la criticaron por querer enfrentarse públicamente, por darle cancha, a alguien que es ahora mismo la bestia negra del Partido Popular, el gran apestado. Pero lo de la esposa del consejero, casi hace más daño, porque es de esas historias tan básicas que resultan al mismo tiempo demoledoras. Porque remiten a lo más rancio de los privilegios, del caciquismo, de ser aprovechado, ventajista.
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Hoy debe haber mucha gente irritada, mucha, usuarios de la sanidad pública, y no sólo en Castilla-la Mancha donde por cierto la historia se repite. Ya hubo otro caso parecido en el hospital de Hellín que se saldó con la dimisión del gerente. Veremos cómo termina este.
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Cospedal no gana para disgustos