Djokovic se queda solo en la final de la Davis
Serbia y República Checa son dos países con muchas cosas en común y muchas opuestas. Hace no mucho sus terrenos y sus gentes formaban parte de países más grandes que como los gajos de una mandarina se fueron desmembrando. Para Serbia fue muy a su pesar, para República Checa resultó una decisión tomada de mutuo acuerdo con sus ahora vecinos eslovacos.
La historia de Serbia tiene ciertos paralelismos con la historia de Djokovic en la final de la Copa Davis, muy a su pesar va a estar solo. Él solo, bueno, acompañado por 20.000 personas, deberá ganar una Davis que hasta hace algunas horas todo el mundo daba como prácticamente hecha.
Frente a él aparece el sentido común checo. Un equipo que también es el reflejo de un país ordenado y con mucho sentido del humor, pero sobre todo ordenado. Sin su capitán Navratil, ingresado por una embolia, los centroeuropeos aparecen en el Belgrado Arena con Berdych y Stepanek, dos tenistas que se complementan a la perfección y que a buen seguro dominarán el doble y tratarán de pellizcar sus puntos ante el número dos serbio en los individuales.
Se mide el mejor equipo contra el mejor tenista, se miden dos naciones a las que la independencia ha tratado de forma muy distinta, se mide una nueva escuela de tenis como la serbia frente al clasicismo más absoluto del centro nacional de tenis de Praga. Se miden los dos países que más en serio se han tomado la Davis.
