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El hombre que hizo posible el cine musical

Ya desde la primera película sonora, “El cantor de jazz” en la que Al Jolson interpreta algunas canciones, se hizo evidente que el nuevo invento del cine parlante era ideal para hacer películas musicales. Los grandes estudios se lanzaron a rodar numerosos films de este género pero en estas primeras películas musicales los artistas cantaban y esbozaban algunos pequeños números de baile delante de una cámara estática, tal y como se podría haber visto en un teatro. Debido a ello tres años después de la llegada del sonoro este tipo de cine estaba totalmente agotado y el público le daba la espalda. Es probable que incluso hubiera acabado desapareciendo de no ser por la irrupción de un señor llamado Busby Berkeley y su nueva concepción del espectáculo musical en el cine.

 El trabajo de Berkeley durante los años 30, ya fuera como coreógrafo o director de películas, definió la forma en que la gente vería las películas musicales a partir de entonces y se puede decir incluso que hizo posible la existencia del propio género musical. Busby Berkeley creía que la cámara debía tener movimiento y comenzó a filmar desde ángulos absolutamente inusuales para la época: Travellings muy imaginativos, uso de grúas, colocación de la cámara en los lugares más inverosímiles... Años antes de que Orson Welles aprovechara todas las posibilidades de la angulación de cámara, Busby Berkeley ya daba lecciones sobre el tema con sus películas.

 Sus conocimientos como coreógrafo no eran gran cosa. Jamás había recibido una lección de baile y lo poco que sabía sobre técnicas de danza lo aprendió observando a los bailarines. Su experiencia nacía más bien del tiempo en que ejerció como teniente de infantería durante la Primera Guerra Mundial. Busby manejaba a sus bailarines como soldados en un desfile haciéndoles ejecutar figuras escénicas y espectaculares movimientos de grupos.

 Su especialidad eran los números corales e utilizaba una gran cantidad de bailarines en ellos con los que imitaba un efecto de caleidoscopio. Ayudado por espejos y escenografías colosales Berkeley creaba con el movimiento de los bailarines formas geométricas en movimiento que a menudo filmaba desde arriba para que pudieran apreciarse mejor.

 Su imaginación no tenía límites, diseñaba sus fantasías sobre el papel y las realizaba sin trucajes de ningún tipo, rodándolas en el plató tal y como las veía el espectador.

 Tras servir en el ejército Busby Berkeley empezó a trabajar en el teatro a principios de los años 20. Comenzó como director de danza pero pronto pasó a dirigir sus propias revistas en Broadway. Su salto al cine llegó de la mano del famoso empresario teatral Florenz Ziegfeld que se había asociado con la Warner para lanzar en la pantalla la carrera de la estrella de variedades Eddie Cantor. Ziegfeld encargó a Berkeley que diseñara los bailes de sus primeras películas y la Warner le firmó un contrato como coreógrafo. En 1933 logró el primer gran éxito del cine musical con la película “La calle 42”. Aunque el director que firmaba el film era Lloyd Bacon, nadie duda que Berkeley, autor de los números musicales, fue el auténtico responsable del éxito de la película.

 A partir de 1935 Berkeley deja de ser responsable de coreografías y se convierte en director. Títulos como “Vampiresas 1935”, “Música y mujeres”, “El altar de la moda” o “Desfile de candilejas” tuvieron un gran éxito gracias a su talento como realizador. En aquellos años de depresión económica sus películas permitían a la gente soñar con el glamour y con el lujo que siempre estaban envolvían en sus fantasías musicales

 Pero a finales de la década de los 30 la Warner decidió recortar los presupuestos de todas sus películas y eso afecto especialmente al cine de Berkeley, ya que sus films exigían elevados costes de producción. El director decidió cambiar entonces de estudio y se fue a la Metro, la compañía por excelencia del género musical. Allí le asignaron a las películas de sus dos estrellas juveniles, Judy Gardland y Mickey Roonie, con los que rodó películas de mucho éxito como “Armonías de juventud”, “Hijos de la farándula” o “Chicos de Broadway”.

 La relación con la pareja se rompió en 1943 cuando Busby entró en conflicto con Judy Gardland durante el rodaje de la película “Girl Crazy” de la que fue sustituido como director. Berkeley volvió a cambiar de estudio y se fue a la Fox para trabajar con la estrella exótica Carmen Miranda. En “Toda la banda está aquí” la brasileña protagonizó uno de los números más famosos de la historia del musical, “The lady in the tutti-frutti hat”, con el famoso sombrero hecho a base de frutas.

 A mediados de los años 40, sin embargo, el estilo cinematográfico de Berkeley había entrado en decadencia. Se imponían otros musicales con los números más engarzados en la trama como los que hacían Minnelli o Donen y Berkeley dejó la dirección para volver al trabajo específico de coreógrafo. Le contrataban para montar algunos números en películas que podían incluir alguna secuencia a su estilo, normalmente vinculadas a sueños o fantasías. Por si fuera poco el director tenía serios problemas con el alcohol. Incluso fue llevado a los tribunales por un accidente de circulación en el que fallecieron varias personas y en el que presuntamente él conducía borracho, aunque finalmente en el juicio salió absuelto en una decisión bastante turbia. Comenzada la década de los 50 ya eran pocos los que le confiaban en él. La gran estrella del cine acuático Esther Williams fue una de las pocas que le dieron trabajo en esa época. Diseñó sus números musicales en dos películas, “La primera sirena” y “Fácil de amar”.

 Poco después Busby Berkeley se retiró del cine y aunque en los años 60 regresó esporádicamente para trabajar en alguna película sus días de gloria habían pasado. El cine de Berkeley solo fue posible en un tiempo concreto, la década de los años 30 y principios de los 40, un espacio de tiempo breve pero suficiente para que su trabajo permitiera la existencia de un cine musical que quizá sin él nunca se habría desarrollado. Busby Berkeley murió en 1976 a la edad de 80 años.

 En este programa conversamos con la actriz Ingrid Rubio que junto a Carmen Machi es la protagonista de uno de los estrenos de la semana: “La Estrella”. La película cuenta con canciones compuestas por Los Barrankillas y por Jairo Perera, el líder del grupo Muchachito Bombo Inferno, y la propia Ingrid tiene que lanzarse a cantar y bailar un poquito, algo que confiesa no se le da nada bien y que pocas veces ha intentado a lo largo de su carrera. De música, de cine y de bandas sonoras charlamos con la simpática actriz.

 Otro de los estrenos de la semana es “Dead man down, la venganza del hombre muerto”, un thriller dirigido por el sueco Niels Arden Oplev autor de las tres películas que adaptan la popular saga literaria “Millenium”. En “Dead man down” Colin Farrell interpreta a un mafioso neoyorquino perseguido por un asesino que está acabando con todos los miembros de su banda. Le acompaña en la película Noomi Rapace la actriz que daba vida a Lisbeth Salander en la trilogía sueca. Nosotros en el programa vamos a escuchar su banda sonora compuesta también por el autor de la música de Millenium, Jacob Groth.

 En nuestra sección de Los Musicales revisamos uno de los mejores títulos que ha dado el género a lo largo de su historia: “Melodías de Broadway 1955”, dirigido por Vincente Minnelli y protagonizado por Fred Astaire y Cyd Charisse.

 A diferencia de otros musicales como “Cantando bajo la lluvia” en donde casi todo es alegría y optimismo, Melodías de Broadway 1955 tiene un tono un poco más triste y melancólico. Habla de la fugacidad del éxito y se centra en las vicisitudes que ha de pasar una producción teatral antes de llegar al día del estreno. La película está llena de números musicales realmente antológicos como por ejemplo el de los bebés trillizos que vemos en la foto.

 Y en el repaso que hacemos de la programación de los canales TCM esta semana destacamos especialmente “Gandhi”, una superproducción de los años 80 dirigida por Richard Attemborough sobre la vida del famoso dirigente indio, el llamado “apostol de la no violencia”. La película ganó siete premios Oscar en 1982, entre ellos uno para su protagonista el actor Ben Kingsley.

La cita con “Notas de cine” es en la madrugada del sábado al domingo de 5 a 6 y a partir del lunes (esta vez el director de la web de la SER ha prometido que no van a fallar más) podréis encontrar el audio del programa en los podcast de cadenaser.com.        

Antonio Martínez

Antonio Martínez

Lleva más de 30 años en la SER hablando de cine y de música. Primero en 'El cine de Lo que yo te diga',...

 
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