Pakistán - Nueva Zelanda: Una eliminatoria en el caos
En la Copa Davis no es oro todo lo que reluce. Detrás de los grandes estadios, fervorosas hinchadas y equipos plagados de estrellas, hay otra Davis, la de los países con menos tradición que tratan de abrirse hueco en el panorama mundial luchando contra viento y marea. El mejor ejemplo de ello fue el choque entre Pakistán y Nueva Zelanda, interrumpida por la ITF cuando los locales dominaban 1-0.
La serie ya empezó con problemas, encuadrados en el Grupo II de Asia/Oceanía, Pakistán debía ejercer de sede, sin embargo su Federación rehusó esa opción, temerosa por un posible ataque terrorista. El organismo decidió que lejos de darle la opción a Nueva Zelanda de ser anfitrión, lo mejor sería viajar a Myanmar para jugar la eliminatoria. La ciudad de Yangon, concretamente su club Pun Hlaing Golf & Country fue el lugar elegido.
La superficie: en principio hierba. En principio porque este detalle fue el detonante de un gran problema. Con todos los jugadores más allá del puesto 350 del ranking, la serie arrancó entre la frialdad de un club neutral. Aun así Pakistán golpeó primero, sorprendiendo Khan al número dos rival Sitac.
Los asiáticos se guardaron su mejor carta para el segundo partido, Qureshi, reconocido doblista y el tenista con más experiencia se medía al número uno rival King-Turner. Discurría el partido un set iguales y 3-0 para el pakistaní cuando el árbitro de Sri Lanka suspendió el partido esgrimiendo que la superficie no estaba en condiciones. La ITF confirmó la decisión y ahí terminó todo.
Hasta hoy, que la ITF ha desestimado la queja de Pakistán considerando que “la Federación de Tenis de Pakistán no organizó el evento con las medidas requeridas, especialmente en cuanto a la calidad y el estado de las dos pistas disponibles”. Una sentencia que demuestra las dificultades que tienen algunos países para organizar un evento en teoría simple. Mientras tanto quí nos peleamos por la altura o por si es preferible pabellón o plaza de toros.
