El agrio adiós del favorito
Francia cayó el domingo eliminada en el Parque Roca, recinto que utilizan los argentinos habitualmente para las eliminatorias de Copa Davis, tras un dramático quinto partido entre Charly Berlocq y Gilles Simon. Una derrota que demuestra que la Davis es una competición única, aislada de rankings y totalmente imprevisible.
Imprevisible porque el 71 de mundo venció al 12 en cuatro sets, dándole una sobredosis importante de la medicina con la que Simon suele martirizar a sus rivales. El francés, un prodigio físico y un reloj desde el fondo de la pista, vio cómo su pila se iba agotando en el último partido, lastrado mentalmente por su primera derrota del viernes.
Argentina ganó sin Del Potro, el Messi de su equipo de tenis, para lo bueno y para lo malo. Y ganó con Nalbandian, que desde el doble impregnó a todos sus compañeros de ambición y ganas, las únicas que le mantienen en el circo del tenis; las de levantar una ensaladera para su país. También ganó con la resurrección de Juan Mónaco, que tumbó a Simon en la primera jornada tras un inicio de temporada poco menos que desastroso.