La tierra de la polémica
17 pistas de tierra azul centellean en las instalaciones de la Caja Mágica. Son obra de los mallorquines Andreu Puigserver y Joan Pere Català. Vieja pretensión del promotor del evento, el ex tenista rumano Ion Tiriac, la superficie del Open Madrid va camino de convertirse en protagonista indiscutible del torneo. Se suceden las críticas de jugadores, pero la publicidad y exclusividad las tienen todas consigo.
"La tierra batida siempre ha sido roja, es una cuestión de historia". Lo decía Rafa Nadal. Y es que los detractores de la misma, abanderados por la santa trinidad del tenis –Djokovic, Nadal y Federer- recurren a ella, a la tradición, como principal motivo de oposición a esta superficie. Pero también hay motivos de juego. Milos Raonic escribía este fin de semana en su perfil de twitter que “el bote es más bajo y las dos pistas en las que he jugado resbalaban un poco más de lo normal".
"Para ser honestos, nunca he jugado en una 'arcilla' de ese color. Rafa tampoco, ni Roger. Ni siquiera sabemos si resultará natural jugar ahí. La verdad es que no me hace muy feliz", decía Roger Federer hace unos días. Nadal iba un paso más allá en sus declaraciones: “Sólo una persona gana, el dueño del torneo. No entiendo cómo la ATP puede aceptar esto”.
Los partidarios de la tierra azul alegan el tenis tiene que dejar paso a la innovación. En esto el Open Madrid tiene sobrada experiencia: torneo con techos retráctiles, disputado a la mayor altura sobre el nivel del mar de todo el circuito (665 m). Madrid pretende enarbolar la bandera de la evolución en el deporte de la raqueta, aprovechando, claro está, el tirón publicitario y televisivo. Con un argumento principal: la visibilidad. Un “15% mejor para los espectadores”, según Tiriac. La organización solicitó un informe al Instituto Tecnológico de Color Optica e Imagen Profesional (AIDO) para comprobar y apoyar su teoría y los resultados concluyen que el contraste de la pelota amarilla sobre el color azul es más alto y más favorable que con la tierra roja.
María Sharapova está de acuerdo: “Creo que es algo único. Se trata de ser único y diferente. Me parece que está muy bien para el espectáculo”. Las pistas las daba el propio Tiriac en la presentación del torneo: “esto es evento, no sólo un torneo”. Pero, ¿Dónde está el límite en la innovación en el tenis?