La religión en los espacios públicos
Al poco de las elecciones el obispo portavoz de la Conferencia Episcopal, Martínez Camino, declaró que la Iglesia no iba a exigir nada al nuevo gobierno porque la Iglesia no se inmiscuye en temas que afectan al legislativo. Cuesta creer que la jerarquía no tenga nada que ver en la misa de las familias anunciada para el día 30, misa con la que, según uno de los organizadores, se trata de conseguir que ningún gobierno pueda hacer política sin negociarla antes con la familia cristiana. Nos preguntamos que papel debe ocupar la religión en la esfera pública.
Tú, José, asististe a conferencia sobre el tema dada por tres especialistas sobre el tema: una catedrática en la Universidad de Chicago, otra de la universidad de Londres y un juez del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Las democracias actuales ¿tratan bien el tema de las religiones?
La respuesta es ambigua. El Estado, que en teoría se atribuye un papel neutral, en la práctica no lo es porque está influido por la presión de los grupos religiosos que de una u otra forma le influyen en la toma de posiciones democráticas en temas como el aborto, el matrimonio entre homosexuales y lesbianas o la investigación con células madre. El papel dominante de la Iglesia católica o del protestantismo en muchos países se ve alterado por religiones no cristianas, en particular el islamismo, que presionan a los gobiernos en defensa de sus derechos y exigen una porción del pastel de la financiación.
¿Es posible proteger por igual los derechos de todas las religiones?
Sería deseable pero es difícil. Los fieles de cada religión dominante en cada país tienden a imponer de forma coercitiva sus ideas religiosas por encima de las políticas y los tribunales no son idóneos para ventilar conflictos religiosos.
¿Por qué?
Porque la religión debe formar parte de la esfera privada. Ocurre que la ampliación de los poderes del Estado a todos los ámbitos de la vida del ciudadano lleva a convertir en problemas legales lo que son problemas sociales o culturales. Eso lleva a que la religión cree conflictos sociales importantes en muchos países. Cuando Italia debatió retirar los crucifijos de las escuelas se argumentó que el crucifijo no era símbolo del catolicismo sino del amor y la paz y formaba parte de la cultura italiana. Los tres argumentos son discutibles para fieles de otras religiones y también para un laico
¿A qué retos debe enfrentarse un Estado y una sociedad democrática ante el debate sobre las religiones?
Debe repensar lo que representa el laicismo en la Europa cristiana y debe repensar el estatus que en la esfera pública. Hoy, las religiones nos llevan a una fragmentación del espacio democrático que se debate entre un laicismo fuerte que se ve amenazado por las religiones, un multiculturalismo militante que exige excluir a las religiones minoritarias y un laicismo crítico que, a medio camino de las dos posturas anteriores, pide una neutralidad del Estado que sea aceptable por todos los ciudadanos.
Y por lo que se deduce de lo que dijeron los conferenciantes eso es difícil
Si. La identidad religiosa de cada país influye sobre el legislador. En Italia, el nuevo gobierno ha reinstaurado el impuesto de bienes inmuebles que cabrea a la ciudadanía, que más cabreada ha quedado al saber que quedan exentos los bienes inmuebles de la Iglesia, que posee entre el 20 y el 30% del patrimonio inmobiliario del país. El debate del velo islámico en las aulas es otro ejemplo de conflictividad que pone en cuestión la narrativa sobre nuestra libertad y radicaliza a sectores islamistas. Las dos conferenciantas se mostraron, como mujeres, opuestas al velo, pero como expertas en religiones y en Derecho Constitucional consideran que la coacción estatal en este tema es injustificada.
¿PUEDO AÑADIR UNOS APUNTES SOBRE EL TEMA URDANGARIN?
Sobre los fiscales:
El fiscal jefe anticorrupción pertenece a la asociación de fiscales progresistas, aunque hay quien dice que nunca ha pagado la cuota. Se le puede considerar escorado ligeramente hacia lo progre no solo porque dice palabrotas y sale de noche. Los dos fiscales que llevan el caso desde Mallorca son de ideología conservadora pero son honrados y muy competentes.
Sobre la defensa:
Estoy echo un pequeño lío. Por una parte, en Barcelona el abogado Mario Pascual Vives actúa en calidad de portavoz pero por el tono de sus palabras también de abogado defensor. Por otra parte, creo haber leído que en Madrid asumía la defensa de Urdangarín el letrado Adolfo Prego, que dejó la judicatura en verano para pasar a la jurisprudencia en un plis plas. El bufete en el que ha entrado Prego es el de Hermosilla. Bufete muy conservador. El ex magistrado Prego, líder de las acusaciones a Garzón, se encontrará cómodo.
Sobre el fiscal general del Estado
Según sea el perfil del nuevo fiscal general del estado el caso Urdangarin puede seguir su curso, relantizarse o acabar desapareciendo. Loa fiscales generales del Estado suelen ser dóciles a las sugerencias del gobierno que les nombra. En democracia solo tres no han sido desastres. Uno es Buron Barba. De aspecto hosco, culto y librepensador resistió al gobierno socialista que se oponía a la querella de Banca Catalana. Otro fue Granados. Hábil, dio buena imagen y eludió, con la técnica de no enterarse, los problemas que generaban los fiscales indomables de la Audiencia Nacional. El tercero es Conde Pompidu. Ha llevado el cargo con dignidad, en años convulsos. Ya es mucho.
La carta de Martí Gómez: La religión en los espacios públicos
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