“Los datos no mienten. Viendo las aulas de nuestro sistema educativo podemos afirmar que el futuro de Navarra será de colores o no será”

Pamplona

Hoy acaba el plazo para la prematrícula de los niños y niñas que cumplen 3 años. Son 4.790, la cifra más baja de los últimos años. 1 de cada 5 de esos txikis tiene origen migrante. Es decir, que si sus madres y padres no hubieran decidido venirse aquí a buscarse la vida, veríamos como muchas escuelas cerrarían, muchas aulas se quedarían vacías y esta tierra tendría menos color y menos futuro.

Es importante recordarlo en días en los que en nuestro parlamento escuchamos a portavoces preocupados por el color de la piel de los niños y niñas.

Es la preocupación del ultra Jiménez. Su hasta hace una semana compañera de grupo, Nosti, habituaba a darnos lecciones a los periodistas que no colocamos la etiqueta de marroquí, o de moro, a la hora de dar noticias sobre delitos y sus autores. Actitudes que se contagian, sí, porque un alcalde de UPN, Maya, atribuyó a los MENAS el incremento de la delincuencia.

No es casual usar marroquí, moro, sudaca o mena para definir a alguien que tiene su nombre, aunque sea Mohammed y no Patxi. Porque una sigla o un insulto no tiene cara y ojos.

Recordatorio que hace hoy la vicepresidenta Alfaro haciendo balance del primer año de trabajo del servicio de atención contra el racismo. 267 denuncias ha recibido. Y lo preocupante, cada vez más de menores de edad.

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Pero los datos no mienten. Viendo las aulas de nuestro sistema educativo podemos afirmar que el futuro de Navarra será de colores o no será.